Seleccionar la planta de origen
La selección de la planta debe basarse en el conocimiento etnobotánico de la misma o bien en la literatura científica pertinente en lo concerniente a su efectividad. Es decir, lo primero es decidir la clase de beneficios a conseguir y elegir el tipo de planta que puede proporcionarlos. Ahora bien, hay una multitud de factores que condicionan la concentración y calidad de los ingredientes activos pues frente a los compuestos sintéticos que están estandarizados los extractos naturales pueden variar debido a las características de solubilidad, estabilidad, fármacocinéticas, farmacológicas y de toxicidad de los activos de interés. Algunas de estas condiciones de variabilidad son:
1. El entorno natural de crecimiento de la planta, incluyendo elementos como el clima, hábitat, la condición del terreno, tipo y cantidad de fertilizante usado, pestes, estación en que se recoge la planta, etc. condiciona la composición única de cada planta en concreto.
2. Naturalmente la actividad biológica del extracto es co-dependiente de la propia salud de la planta, la planta de origen debe de estar sana.
3. Es importante elegir bien la parte de la planta que se usará para extraer el activo, pues la concentración y/o efecto del mismo puede diferir si hablamos de las flores, frutos, rizomas, etc.
Normalmente las plantas de origen no son salvajes sino que se recurre a métodos de cultivo controlados. El motivo no solo es económico sino también de seguridad ya que la recogida de plantas salvajes eleva el riesgo de seleccionar una especie incorrecta y principalmente de incluir en la recogida especímenes impuros, insanos, etc. Los
métodos analíticos de cultivo y recogida, por tanto, aseguran que se conozca con mayor facilidad la condición y pureza de la planta. Este es normalmente uno de los primeros pasos de la estandarización. Además finalmente si se tiene una ética empresarial mínima antes de recurrir al uso de extractos se tendrá cuidado en no recurrir a especímenes en riesgo de extinción. Es también un problema extensible al resto de la industria cosmética pero especialmente en la industria del perfume el uso de extractos es excesivo, lo que a la postre puede llevar a la ya mentada extinción. Esta clase de comportamientos está especialmente relacionado con la recolección de plantas salvajes. Normalmente encontraremos siempre los mismos extractos en la mayoría de productos y estos en concreto tienen una gran industria detrás que los produce de manera masiva, ahora bien, si optáis por la cosmética natural por motivos ético-ecológicos os interesará lidiar con esta problemática. Para más información sobre este tema podéis consultar la página de la
Convención sobre el Comercio Internacional de Especies amenazadas de Fauna y Flores Silvestres.
Extracción
Normalmente la planta se somete a un proceso de deshidratación hasta reducir el contenido de agua a menos de un 10%, lo que equivale a una pérdida de masa de entre un 60-80%. En este proceso los activos se híper-concentran hasta tres o cuatro veces más respecto del peso total de la planta de origen. En algunas ocasiones se necesita usar la planta fresca ya que el proceso de secado puede destruir algunos compuestos.
El primer paso posterior es preparar el material para la extracción, para ello se suelen ser eliminar las partes de la planta que no interesan y a continuación se suelen picar en trozos pequeños las partes que contienen el activo para luego molerlos. En este paso suele ser importante evitar cualquier tipo de estrés térmico así que curiosamente no es poco frecuente que se empleen molinos con nitrógeno líquido en un proceso que se llama
molido criogénico.
Cuando tenemos el material de origen preparado empieza el proceso de extracción en el sentido más estricto. El fin de la extracción es incrementar la potencia del activo y elevar al máximo la pureza del mismo. Normalmente se suelen utilizar solventes, pero hay tres métodos principales:
(1) Extracción con agua, en este proceso se somete simplemente a la planta a una maceración (con agua fría) o una infusión (con agua caliente). Este proceso es efectivo cuando lo que queremos es obtener moléculas hidrosolubles. El uso de agua caliente tiene la ventaja de que a la vez esteriliza el producto pero también es inadecuado en muchos casos ya que las altas temperaturas pueden inducir diversas reacciones químicas indeseadas.
(2)
Extracción con solventes. Es la más común. Los solventes empleados son muy variados, podemos encontrar desde el etanol a la acetona, el isopropanol, etc. Este método es más efectivo naturalmente para extraer aceites o ceras, y en el caso de querer extraer sustancias hidrosolubles se recurre a veces a mezclas de alcohol y agua. El uso de solventes presenta el problema de la pureza, y es que en algunos casos es importante asegurarse de que el extracto final está bien purificado, es decir, que no quedan residuos de los solventes usados. Esta opción suele tener la problemática de que es poco ecológica. Para intentar solventar este problema se ha recurrido al uso de
CO2 supercrítico (se llama así al dióxido de carbono comprimodo, que se vuelve líquido). Lo que se hace justamente es llevar a cabo este proceso de "compresión" y es efectivo para extraer compuestos no polares como los carotenoides y aceites esenciales.
(3) Destilación al vapor. Este método se usa para extraer componentes volátiles, ha sido usado de manera longeva para extraer por ejemplo aceites esenciales.
Seguridad y estandarización
Para ambos fines se emplean los llamados métodos analíticos que incluyen la
cromatografía líquida de alta eficacia (o HPLC, por su nombre en inglés) o hasta cierto punto la cromatografía de gases (GC). Son herramientas muy útiles para asegurar la pureza/seguridad del compuesto final así como para determinar la cantidad del activo presente.
Los compuestos indeseados a evitar son variados: fungicidas, pesticidas, compuestos aromáticos policondensados, metales pesados, aflatoxinas así como compuestos específicos de la planta de origen con efectos tóxicos conocidos, etc. Como comentamos lo que posibilita que los extractos pueden ser médicamente útiles por ejemplo es que las plantas generan metabolitos con diferentes efectos, lo cual a la luz de la seguridad
presupone de antemano romper la relación ingenua entre "natural" y "seguro". Por ejemplo es un tema controversial dentro de la medicina tradicional china el
hecho conocido de que hasta un tercio de las personas que recurren a ella sufren problemas de hepatotoxicidad, problemas teratogénicos o por ejemplo es muy frecuente la dermatitis por contacto. Además la presencia de anomalías congénitas es mucho mayor cuando se recurre a esta clase de hierbas durante el embarazo. Naturalmente el tipo de hierbas que se emplean con fines médicos y las que se usan con fines cosméticos suelen ser muy diferentes, pero aun así eso no quiere decir que solo por el hecho de ser "naturales" sean seguras, como quizá sabréis arraigado por algún motivo extraño y por supuesto falso mito. Como ejemplo más cercano a la cosmética los extractos suelen causar en mayor medida que otros compuestos reacciones alérgicas, en gran parte gracias a la alta incidencia de reactividad cruzada con otras hiebas, por ejemplo de 106 personas afectadas de dermatitis, 12 resultaron alérgicas al aceite de árbol de té y de esas 12 todas tuvieron una o más reacciones a otras diez hierbas diferentes [Jancin B . ( 2002 )
Cross - sensitivity in tea tree oil allergy . Skin Allergy News Mar , 38]
Ahora bien un problema diferente es la estandarización, y especialmente relativo a la cosmética es muy importante porque tiene mucho que ver con la posible efectividad de los extractos. Llamamos estandarización al hecho de que cada lote producido tenga de manera consistente y medida la misma cantidad de compuesto objetivo (o clase de compuesto objetivo). Es decir, a garantizar que el compuesto de interés está presente dentro de cierto rango o por encima de cierto nivel mínimo en cada lote final puesto a la venta.
El problema en la cosmética es que se usan muchos compuestos no estandarizados, que normalmente tiene un fin únicamente publicitario. A veces los exámenes que se hacen para asegurar esta supuesta estandarización/eficacia (en cierto sentido) los lleva a cabo la misma empresa bien en sus propios laboratorios o bien mediante laboratorios "independientes" que la propia empresa contrata. Eso no quiere decir que todas las empresas falseen sus datos pero lo que garantiza cierta objetividad mínima dentro de la ciencia es la
revisión por pares, que es en realidad el fundamento de la ciencia moderna o al menos uno de sus fundamentos principales. En resumen, importa y mucho la calidad y tipo de fuente que lleva a cabo la estandarización/estudios sobre el compuesto, y que en cosmética se suelan usar compuestos no estandarizados es muy significativo.
Cabe mencionar además que en general la comprensión sobre el efecto e interección de las hierbas a día de hoy es algo bastante desconocido, esto afecta principalmente a su uso médico pero es extensible al uso que se hace de ellas en cosmética, y, además la posible regulación es más bien exigua: los extractos botánicos que se usan en los cosméticos están considerados por la FDA como aditivos alimentarios o suplementos dietéticos. Ahora bien, esta categorización implica que se permite su libre comercio en la medida en que no se los considera drogas/medicamento, por ello no existe ningún estándar relativo a la potencia, concentraciones permitidas, seguridad, eficacia, etc. En Alemania está presente la "Comisión E" que es a día de hoy el mejor organismo existente en lo que se refiere a medir la calidad de la evidencia clínica y la seguridad tópica de varias hierbas, pero están reguladas aproximadamente unas 300. Estas instituciones, especialmente la alemana, tienen fines más bien médicos. No existe por tanto ninguna institución que garantice, por ejemplo, la calidad epistémica de los estudios con que se pretende fundamentar el uso de hierbas en el campo cosmético o que regule la clase de reclamos que acompañan su uso, etc. Hay algunos estudios pero el control sobre este tipo de ingredientes es, en definitiva, (algo más...) difuso.
Para acabar esta sección e ilustrar también por qué el uso de extractos en cosmética tiene fines principalmente comerciales cabe mencionar un caso práctico: la empresa Viadent usaba
Sanguinaria Canadensis como un ingrediente anti-placa en sus dentífricos y enjuagues dentales. A pesar de que existían exámenes clínicos que demostraban la seguridad del compuesto un estudio conducido por investigadores de la Universidad de Ohio mostró una fuerte correlación entre el desarrollo de leucoplaquia oral (lesiones en la boca potencialmente cancerígenas) y el uso de productos orales que contenían dicha hierba. Varios estudios posteriores llegaron a la misma conclusión. Sorprendentemente, otros estudios indicaron sin embargo que la
Sanguinaria Canadensis...parecía tenes propiedades anti-cancerígenas. Esto no hace más que mostrar cuán complicado y confuso es el aspecto toxicológico en lo relativo a las hierbas y es un motivo más por el cual en cosmética se suelen usar en
muy bajas concentraciones y principalmente como reclamo publicitario, pues al final la seguridad solo la garantiza el uso a largo plazo. Cuando Colgate-Palmolive compró la marca eliminaron la sanguinaria de la composición de los productos.
Eficacia
Esta sección es o muy sencilla o muy complicada, porque al final en todos los casos la función es más o menos la misma. Principalmente los estudios hechos donde se ha visto que ciertas hierbas son efectivas han sido estudios con miras a su uso médico, lo cual aquí no nos interesa. Fuera de eso la realidad es que casi la totalidad de estudios relevantes para el uso de extractos botánicos en cosmética que mostraron algún resultado consistente lo hicieron en función de la capacidad antioxidante del compuesto estudiado, es decir, que principalmente, cuando son efectivos, actuarían como antioxidantes (y son pocos casos y en general conocidos, principalmente se ha estudiado el efecto de los fenoles del té verde). Aparte de eso hay algunos que sirven como emolientes y finalmente algunos extractos en ciertas condiciones tienen propiedades despigmentantes/blanqueantes. Los más estudiados son naturalmente los extractos de té verde, rojo y negro, las isoflavonas de la soja y la raíz de regaliz. Citaremos algunos que tienen propiedades medianamente relevantes más allá de ser antioxidantes, ahora bien, tened en cuenta que muchos (casi todos) de ellos son estudios pequeños, no han sido replicados, tienen un impacto bajo, etc.:
Aloe (Aloe Barbadensis, A. Capensis, A. Vera)
El aloe puede dar reacciones cruzadas en personas alérgicas al ajo o la cebolla por ejemplo. El gel de aloe vera es rico en resinas, dithranol, chrysorobina, salicilates, flavonoides, polisacáridos y especialmente alantoína. Tiene propiedades antiflamatorias y antioxidantes. Se suele usar como cicatrizante "popular" pero los resultados obtenidos en relación con el acné han sido dispares. Finalmente destaca la aloesina, que es un potente inhibidor de la tirosinasa que a la vez induce la melanogénesis provocada por la radiación UV, aunque es menos potente que el ácido kójico.
Cafeína
El C. Arabica se comercializa en la forma de tres productos diferentes: granos (semillas), la fruta y el carbón de café. La cafeína extraída del C. Arabica es el principal ingrediente de productos anticelulíticos que tiene alguna suerte de fundamento científico. Según Murine la cafeína tendría efectos antioxidantes similares a los de las catechinas del té verde a la vez que mejora la textura de la piel y las líneas de expresión. El extracto de la fruta de la C. Arabica, es rica en polifenoles, ácidos ferúlicos, proanthocyanidinas y sacáridos. Dependiendo de la calidad del extracto puede llegar a ser más antioxidante que el té verde y la vitamina C. Un estudio de doble ciego llevado a cabo durante seis semanas estudió el efecto del extracto de en 20 mujeres. Se aplicó el producto por toda la cara. Los resultados fueron que hubo una mejora perceptible de la híperpigmentación (30%), un 20% de mejora en las líneas de expresión y arrugas. En un estudio pequeño con 10 mujeres contra un placebo se vio una mejora significativa de las líneas de expresión y arrugas (25% s. 3%) y en la híperpigmentación (15% vs. 5%).
Uva (Vitis Vinifera)
Son extractos ricos en flavonoides, entre ellos el famoso resveratrol pero no se limitan a este. El resveratrol a veces (bastantes) aparece en el INCI como "Vitis Vinifera Extract" así que a saber si al final lleva más taninas extraidas de la uva que resveratrol y te lo venden a precio de oro por el cuento del resveratrol. Estos flavonoides (en conjunto, no solo el resveratrol) tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, inhiben la producción de metaloproteinasas (MMP) y estabilizan la producción de colágeno.
Setas
La variedad de hongos de las que se extraen principios activos es amplia y particularmente tienen bastante "tirón" en la cosmética asiática. En general los extractos de setas pueden contener péptidos con alta capacidad antioxidante, polifenoles, triterpenos y esfingolípidos. El extracto de seta Maitake inhibió in vitro diferentes marcadores producido por la radiación UVA sobre fibroblastos humanos. Diversas setas inhiben la producción de MMPs. En un estudio in vivo sobre 45 sujetos y con una duración de 4 semanas se observó que un complejo proteínico extraído de una seta aplicado dos veces al día indujo renovación celular. En otro estudio sobre 31 mujeres se observó que un complejo extraído de diversas setas y aplicado tópicamente mejoró el daño provocado por la radiación UV. Hubo mejoras significativas en la textura, claridad de la piel y líneas de expresión a las cuatro semanas así como una mejora de la pigmentación, daño solar y una mejora de las patas de gallo a la ocho semanas.
Pycnogenol (Pinus Pinaster, P. Maritima)
Este compuesto ya lo hemos mencionado anteriormente. Contiene una variedad de
PACs y otros fenólicos como ácido ferúlico, cafeico y coumárico y polisacáridos. Tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, ya que "recicla" el ácido ascórbico y la vitamina E. Tomada de forma oral reduce la sensibilidad a la radiación UVB, inhibe los MMPs, etc. Los estudios que se citan son todos de consumo oral y no tópico y como ya os comenté en la entrada anexada, la verdad es que no hay mucha cosa...
...la lista podría ser larga pero aparte de ser mayormente -cuando son funcionales- antioxidantes hay algunos que en ciertas condiciones no siempre de posible uso real tienen efectos tales como blanquear (
Morus Nigra, Echinacea Angustifolia, Panax Ginseng, etc.), tensar (
Ginkgo Biloba, Mentha Piperita, Rosa Canina, etc.) o por ejemplo pueden tener alguna capacidad fotoprotectiva
(Camellia Sinensis, Santalum Albus...hay pocos, la mayoría de los estudios usan hablan de consumo oral). En la cosmética asiática aparte de setas se suelen publicitar muchos extractos como productos blanqueantes, aun así hay que considerar con detalle si las condiciones de cada estudio son realistas y si lo son, que la dosis se emplee realmente en los productos.
Podéis consultar aquí (página 328) una larga lista de hierbas y sus posibles beneficios (la mayoría más bien médicos) junto, naturalmente, a una larga lista correspondiente de referencias.
Formulación
Ahora bien, no solo el compuesto usado tiene que ser relevante, es decir, tener alguna capacidad interesante desde el punto de vista cosmético (cosa que, como vimos, es más difícil de lo que parece) sino que además hay toda una serie de retos/problemas a la hora de considerar su eficacia, algunos de ellos por ejemplo serían:
(1) ¿Lleva el producto la concentración adecuada de extracto? Y más aun: esta concentración adecuada ¿se conoce?
(2) El desarrollo de la fórmula debe cuidar los aspectos químicos y físicos pertinentes así como ser fotoestable para eliminar la posible aparición de elementos tóxicos.
(3) ¿Penetra el extracto de interés el estrato córneo en su estado activo y concentración suficiente como para manipular su célula objetivo, enzima, receptor, etc.? Esto tiene relevancia cuando planteamos una capacidad antioxidante. Hay casos sin embargo donde pueden aportar oclusividad por ejemplo u otros beneficios y no sería necesario. Este es uno de los principales problemas, máxime si consideramos que principalmente de tener algún beneficio -en general, si hablamos de extractos eficaces- es su capacidad antioxidante.
(4) ¿Cómo fijar la fecha de caducidad? Este problema es extensible a los productos que contienen antioxidantes. Además también incluye el método de preparación del producto (el uso de calor por ejemplo puede acelerar la oxidación de los mismos, etc.)
(5) El uso correcto de hierbas y extractos botánicos presupone una formación muy específica en el formulador.
Conclusiones personales
- A la luz de lo escrito la pregunta no es si es posible que los extractos botánicos tengan algún efecto, creo que está claro que sí, alguno puede ser incluso mortal. Lo que no está muy claro es si en las condiciones en que se usan en cosmética tienen algún efecto claro. No solo importa qué extracto sino qué concentración y además en qué vehículo. Tras haber leído sobre el tema a mí me queda claro que hay extractos que incluso en un uso cosmético pueden resultar interesantes, lo que no me queda claro sin embargo es que la industria cosmética los use de forma tal que sean efectivos, incluso ni siquiera como antioxidantes.
- Por otro lado a lo largo de los textos que he consultado ha sido muy frecuente y supongo que nada llamativa la equiparación del uso de extractos con "ingredientes irrelevantes" que, como dice uno de los textos "gracias a la buena percepción que tiene de ellos el consumidor hacen que un producto que de otra forma resultaría mediocre o poco llamativo sea bienvenido". No es que no se presuponga su posible efectividad o incluso posible futura relevancia dentro del campo no solo cosmético sino incluso dermatológico; más bien es una especie de opinión relacionada con su uso en la cosmética actual. Esto lo hemos comentado anteriormente en el blog y corresponde al llamado
efecto halo, como expliqué en esa entrada: "incluso en personas que no tienen una preferencia personal por la cosmética natural la asociación de productos con ingredientes o imaginarios "naturales" (o sea un producto igual que el otro pero al que se le añade, por ejemplo, extracto de romero y clavo; o esa publicidad que transmite valores "eco") hace que a ojo de los consumidores el producto que por ejemplo lleva los extractos sea mejor en una variedad de aspectos, aunque en realidad son el mismo producto y la adición de extractos no afecta para nada a su funcionalidad o más concretamente a los aspectos del producto que el consumidor considera mejor en la opción que los incluye (es igual que en el caso anterior, el aroma no afecta a la capacidad de hacer espuma de un champú)." Esto queda muy bien reflejado en lo que comentamos sobre el uso de extractos no estandarizados, cosa harto común en cosmética, sobre todo cuando se los usa para dar cierta imagen o se los cita (evitando hablar de los activos reales, creo que esta es la principal función publicitaria que se les da).
- Otro problema interesante es el uso que se hace de ellos justamente en la denominada "cosmética natural" cuando en la grandísima mayoría de casos son extractos producidos de manera masiva e industrial e incluso su proceso de extracción suele estar bastante lejos de ser "natural". Otro motivo más por los cuales creo que la etiqueta "cosmética natural" (así como la de " cosmética convencional" o cualquiera similar) no aportan ningún tipo de información interesante para el consumidor, como suele suceder el exceso de polarización conduce no más que a una simplificación burda.
- Yo personalmente suelo evitarlos, cuando las listas son enormes suelen enmascarar productos mediocres, o directamente demasiado burdos. Antes de usar una mezcla de extractos cuya presencia en la fórmula me es desconocida por su supuesta capacidad antioxidante prefiero usar un producto con algún antioxidante más conocido y estudiado (como la vitamina C, por ejemplo) y en un envase adecuado, etc. El problema no es cuando están presente y el resto del producto tiene una fórmula que garantiza ciertos beneficios, el problema para mí es cuando el producto incluye un sobrecoste por una serie de ingredientes que probablemente sean funcionalmente irrelevantes o muy poco relevantes. Depende del producto, claro. Otro caso diferente son los aceites esenciales, estos sí los evito más activamente ya que no pocas veces son irritantes/fotosensibilizantes y no tiene sentido aumentar la posibilidad de que algo me dé alergia porque sí. Suelen ser compuestos para dar un aroma concreto al producto y se usan en cantidades más bien bajas pero a priori intento elegir productos sin ellos.
¿Para vosotros los extractos botánicos mejoran la opinión sobre un producto? ¿Créeis que un producto que los lleve es más "natural"?
Fuentes
- Topical Botanics, Tracy Cornuelle, Jan Lephart; Cosmetic Formulation of Skincare Products, Cosmetic Science and Technology Series, Volume 30, Ed. Taylor & Francis, Nueva York, 2006.
- Herbs in Cosmeceuticals: Are They Safe and Effective?, Carl Thornfeldt, Cosmetic Formulation of Skincare Products, Cosmetic Science and Technology Series, Volume 30, Ed. Taylor & Francis, Nueva York, 2006.
- Botanicals, Carl Thornfeldt, Cosmetic Dermatology Products and Procedures, Ed. Willey-Blackwell, 2007.
- Botanical Extracts, Alain Khaiat, Cosmeceutical and Active Cosmetics: Drugs versus Cosmetics, Second Edition, Cosmetic Science and Technology Series, Volume 27, Ed. Taylor & Francis, 2005.