27/4/13

Skin 101: Rutina Básica (III: Hidratar la piel)


En esta entrega del tag "Skin 101: Rutina Básica" nos centramos finalmente en la hidratación de la piel. El tema es algo extenso pero más abajo os presento las razones por las cuales he elegido este y no otro texto. En este caso el texto elegido es "Factors Influencing Optimal Skin Care and Product Selection" (Factores que influyen en la rutina de cuidado facial y elección de productos óptimas) de James Q. Del Rosso, perteneciente al Dpto. de Dermatología de la University of Nevada School of Medicine, Las Vegas, Nevada, U.S.A. que encontramos en el volumen Cosmetic Formulation of Skincare Product y que pertenece a la serie Cosmetic Science and Technology, volumen que encontráis online aquí. 

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Introducción
Procesos básicos del cuidado de la piel
La barrera epidérmica y el contenido en agua
Integridad de la barrera epidérmica, función y restauración
Impacto de la hidratación exógena en la restauración de la barrera epidérmica
Implicaciones clínicas de la hidratación exógena
Componentes de las formulaciones hidratantes
Balanceando los efectos y la elegancia cosmética en los productos
Características de la formulación
La importancia de una limpieza gentil
Conclusiones

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A causa de las influencias constantes del marketing que promociona productos que prometen "eliminar las líneas finas de expresión, arrugas y manchas", la demanda de los consumidores que se dirige hacia productos que proporcionen "una apariencia fresca y joven", la publicidad televisiva y escrita vendiendo líneas de productos individuales y la miríada de productos disponibles para la venta al consumidor no es sorprendente que los pacientes se encuentren perdidos a la hora de qué y cómo usar determinados productos para cuidar nuestra piel. A pesar del alto nivel de "ruido blanco" creado por la publicidad, conseguir un cuidado óptimo de la piel no es tan complicado (...) Desafortunadamente, el valor de una rutina de cuidado facial básica tal como limpieza e hidratación ha perdido terreno frente a la incentivación del uso de productos farmacéuticos en el cuidado facial. Una mayor atención hacia las prácticas relativas a y a los productos de cuidado básico, así como al mantenimiento de la funcionalidad de la barrera epidérmica puede proporcionar beneficios terapéuticos añadidos para el paciente. El siguiente capítulo enfatiza la importancia de mantener la integridad de la barrera epidérmica. Se discuten asimismo los aspectos fundamentales de una rutina de cuidados óptima, una limpieza e hidratación gentiles y su correlación íntima con la selección y formulación de productos. 

Procesos básicos del cuidado de la piel

Una limpieza e hidratación adecuada de la piel son dos procesos básicos que deben interactuar en armonía para mantener la salud general de la piel así como la integridad de la barrera epidérmica (1-2). El rol de la limpieza facial es remover la suciedad, las secreciones cutáneas y los microorganismos. Además, la integridad de la barrera epidérmica debe ser mantenida de manera constante para permitir la homeostasis cutánea ya que la presencia de un nivel correcto de agua es necesario para el desarrollo normal de las funciones enzimáticas, necesarias a su vez para la síntesis de lípidos y para restaurar la barrera. Por tanto, la hidratación es un componente vital de una "rutina de mantenimiento" de la barrera más externa de la piel. Esto es especialmente cierto en condiciones en que la barrera epidérmica es disfuncional y el nivel de agua epidérmico es bajo. Ejemplo de estas condiciones incluyen la baja humedad ambiental, desórdenes xeróticos  como la dermatitis atópica, genodermatoses como la ictiosis vulgar, enfermedades sistemáticas subyacentes como el hipotiroidismo y la diabetes mellitus, el uso de productos de cuidado de la piel que producen daños significativos a la barrera epidérmica como los jabones agresivos y las limpiadoras o astringentes, y algunos medicamente tópicos como los retinoides tópicos (3-5).

La plétora de productos de limpieza e hidratación hace difícil tanto para los profesionales como para los consumidores contestar a la pregunta "¿qué productos deben usarse?"; el acercamiento fundamental debe ser "lo más simple es lo mejor", especialmente en tanto que una gran cantidad de reclamos publicitarios, ingredientes especiales y productos "de diseño" fuertemente publicitados sustentan sus beneficios y altos costes en poca o directamente ninguna evidencia científica (1, 2, 5, 6).

La barrera epidérmica y el contenido en agua

La apariencia normal de la piel, un correcto nivel de agua y una barrera  íntegra continua necesitan una barrera epidérmica intacta con el correspondiente mantenimiento del nivel apropiado de agua requerido para las funciones fisiológicas y enzimáticas de la piel. En tanto que la epidermis es una unidad dinámica viva, varias funciones fisiológicas se desarrollan de manera continua, necesitando por ello que las perturbaciones de la barrera epidérmica sean resueltas para poder volver a un estado fisiológico normal. La barrera epidérmica está formada por dos componentes que trabajan de forma concertada para asegurar la integridad de la barrera a través de funciones tales como el mantenimiento de un correcto balance de agua en la epidermis, de un contenido en agua en el estrato córneo en torno a un 20-35%, de una síntesis óptima de lípidos; la limitación de la pérdida de agua transepidérmica (en inglés, TEWL, transepidermal water loss) y una descamación de los corneocitos ordenada (1-4). 

El primer componente de la barrera epidérmica, la matriz celular, está formada por un retículo escalonado y en capas de queratinocitos, a los que se suele referir como a los "ladrillos". En su capa más superior, las células aplanadas del estrato córneo son llamadas "corneocitos". El segundo componente de la barrera epidérmica, la matriz intercelular, rodea a los queratinocitos y se suele referir a ella como el "cemento" (1-3). La perturbación de estos componentes, asociada a una variedad de causas como el uso de jabones agresivos o desórdenes subyacentes relativos a las "pieles sensibles" como la dermatitis atópica o la rosácea incrementan la pérdida de agua transepidérmica (TEWL), lo que puede llevar a cambios xeróticos en la piel. Cuando la pérdida de agua transepidérmica produce una reducción en el contenido de agua del estrato córneo hasta por debajo del 10%, esta pérdida de la integridad de la barrera epidérmica se expresa visiblemente como sequedad, descamación, rugosidad y a través de pequeñas líneas finas (2, 3, 6-8).

La epidermis se encuentra en constante flujo en tanto que los queratinocitos viajan desde la capa basal, aplanándose en tanto que pasan hacia arriba al estrato córneo, llegando en último término al desprendimiento o a la descamación de corneocitos. Como se ha mencionado anteriormente, bajo circunstancias normales un nivel de agua adecuado permite la degradación enzimática de los ligamentos entre los corneocitos, permitiendo así la separación fisiológica y desprendimiento de los corneocitos superficiales (corneodesmosomes). El nivel de hidratación de los corneocitos es mantenido por un conjunto de diversos compuestos higroscópicos intracelulares que se han denominado de forma colectiva como "factores de hidratación natural" (en inglés NMF, natural moisturizing factors). Los componentes del FHN incluyen aminoácidos derivados de la filagrina, ácido carboxílico pyrrolidone, lactate, azúcares y diversos electrolitos (1-3, 5). En circunstancias anormales relativas a la xerosis, los corneodesmosomes no se degradan correctamente, lo que acaba en una acumulación de corneocitos. La expresión visual de este fenómeno son las "pielecillas".

Integridad de la barrera epidérmica, función y restauración

La matriz intracelular ("el cemento") funciona para controlar el movimiento de agua intracelular, para mantenerlo y también para evitar la pérdida de agua transepidérmica. La principal señal homeostática que estimula la síntesis de lípidos es un cambio adverso en el estatus de la barrera, que se siente como un aumento de la pérdida de agua transepidérmica. En la presencia de disruptores exógenos (por ejemplo, el ya mentado uso de un jabón demasiado agresivo) o endógenos (por ejemplo la también mentada posibilidad de una enfermedad subyacente) que causan una pérdida en la barrera lipídica que compromete a la matriz intracelular, un incremento de la pérdida de agua transepidérmica tan pequeña como del 1% produce una señal fisiológica que estimula la síntesis de lípidos hasta la regularización (1-3, 5). Dependiendo del nivel de daño que sufra la barrera y de otros factores, la normalización puede tardar en ocurrir en un periodo que se extiende desde unas horas a días (1, 15, 17).

Impacto de la hidratación exógena en la restauración de la barrera epidérmica

En un estado de disrupción de la barrera caracterizado por un aumento de la pérdida de agua transepidérmica y contenido en agua reducido, una hidratante bien formulada puede actuar de manera similar a los lípidos epidérmicos endógenos a la hora de promover y restaurar la correcta funcionalidad de la barrera epidérmica (1-3, 13-24). Los lípidos aplicados de forma externa a través de una hidratante se intercalan entre los corneocitos y reducen la irritación inducida por el surfactante del paso de limpieza (15-18). El uso de lípidos no-fisiológicos como el petrolatum inicialmente restaura la función de la barrera produciendo un intersticio hidrofóbico. Es importante señalar que los lípidos fisiológicos aplicados a través de hidratantes pueden incorporarse directamente a la barrera lipídica y a las unidades lamelares y que no parecen disminuir la producción de lípidos fisiológicos en la piel (16-18). De cualquier manera, es importante  que los tres componentes lipídicos de la barrera (cerámidas, colesterol y ácidos grasos) sean incorporados en cremas hidratantes en concentraciones óptimas para evitar así una restauración dispareja de la barrera (16, 17).

Implicaciones clínicas de la hidratación exógena

No se debe minusvalorar la importancia de la aplicación repetida de una hidratante externa. Factores tales como la inherente limitación relativa a la substantividad del producto, correlacionada con su formulación; la pérdida de la capa superficial del producto aplicado debido a un efecto de "desgaste" antes de su absorción y la consecuencia natural del continuo desprendimiento de corneocitos resulta en que el mantenimiento y restauración de la barrera epidérmica hace mandatoria la aplicación diaria del producto hidratante (3, 19). Adicionalmente, la persistencia en hidratación de cada hidratante individual una vez discontinuada en su aplicación puede variar de producto a producto (20, 24).

Componentes de las formulaciones hidratantes

Que un producto hidratante sea efectivo "en el mundo real" depende últimamente de su eficacia reconocible, su aceptabilidad cosmética y la preferencia del paciente. Es importante recordar que el término "hidratante" no implica que se esté añadiendo hidratación (agua) directamente a la piel. Una hidratante bien formulada contiene oclusivos, humectantes y emolientes que se formulan de forma tal que el producto final es a la par que efectivo cosméticamente elegante (1-5, 8, 17, 26). Los ingredientes oclusivos y humectantes funcionan de manera complementaria para mantener el nivel de agua epidérmico y la correcta función de la barrera. Los agentes oclusivos retrasan la pérdida de agua vía evaporación (pérdida de agua transepidérmica o TEWL) formando una barrera hidrofóbica sobre la superficie de la piel y entre el intersticio del estrato córneo. Los compuestos humectantes atraen el agua "de dentro afuera", esto es, de la dermis hacia la epidermis (3-5, 8, 17). Los emolientes incluyen un amplio espectro de compuestos que van desde ésteres a alcoholes de cadena larga cuya función es rellenar las "líneas finas y grietas" entre lo corneocitos en la capa superior del estrato córneo; alguno emolientes específicos son incorporados con frecuencia en las formulaciones para incrementar su eficacia y mejorar la elegancia cosmética en tanto que aportan una textura suave y homogénea a la superficie cutánea (2-5).

 Balanceando los efectos y la elegancia cosmética en los productos

La oleosidad de agentes oclusivos como el petrolatum o la lanolina pueden ver limitada su utilidad clínica debido a su falta de elegancia cosmética (2-5). Por ejemplo, el olor y capacidad alergénica de la lanolina pueden limitar su uso. Aunque el aceite mineral demuestra menos capacidad para reducir la pérdida de agua transepidérmica en comparación con otros agentes oclusivos, es un ingrediente popular debido a su textura favorable y fácil extensibilidad (5). Los derivados de la silicona también son ingredientes populares ya que pueden servir tanto de oclusivos como de emolientes, no aportan una sensación grasa a la piel, son no-comedogénicos, crean una barrera protectora y suelen usarse en conjunción con petrolatum para alcanzar una mayor aceptabilidad cosmética al conseguir reducir con su uso la sensación grasa del producto en su totalidad (2, 5).

Las formulaciones más efectivas que potencian la hidratación de la piel incluyen agentes humectantes tales como la glicerina, el ácido hialurónico, la urea, el ammonium lactate o el pantenol. Algunos humectantes también sirven como emolientes (1-5). Para prevenir el incremento de pérdida de agua transepidérmica, se debe acompañar siempre al agente humectante de un oclusivo. Por ejemplo la aplicación de glicerina sin un oclusivo correspondiente provoca un incremento significativo de la pérdida de agua transepidérmica, del 29% (2, 3, 5). Aunque los emolientes varían en sus capacidades inherentes individuales de hidratación y de mantener la barrera epidérmica, las características elegantes que imparten al producto en su totalidad pueden  ser apreciadas por el usuario tras la aplicación del mimo y frecuentemente la preferencia del consumidor está relacionada de manera directa con la emoliencia del producto (5).

Características de la formulación

La mayoría de hidrantes son formuladas como cremas (emulsiones agua-en-aceite) o lociones (emulsiones aceite-en-agua) (1, 2, 8, 13). La "pesadez" de la fórmula final se correlaciona con la inclusión y la concentración relativa de agentes oclusivos pesados como el petrolatum y derivados de la lanolina, las características inherentes de los emolientes y humectantes que se incluyan en el producto y el ratio agua/aceite (5). Las cremas de noche por ejemplo son productos que se diseñan específicamente para ser más pesadas. Algunos ingredientes específicos se añaden en ocasiones para adaptar el producto a los diferentes tipos de piel, por ejemplo para la piel seca, grasa, normal, etc. Esto se consigue alterando la pesadez característica del agente oclusivo usado a través de la selección de emolientes específicos que pueden ser bien protectivos, engrosantes, secantes o astringentes, etc.; así como ajustando la proporción agua/aceite. Algunos ingredientes que podemos encontrar en correlación con tipos concretos de piel son por ejemplo la silicona dimethicone, un agente emoliente/oclusivo no-graso, no-comedogénico usado en productos "oil free" destinados a personas con la piel grasa; otro ejemplo es la inclusión de componentes que absorben la grasa como el talco o el caolín, que se añaden a los productos para evitar o reducir los brillos que genera el sebo excesivo (5).

Aditivos e ingredientes especiales 

Algunos ingredientes especiales pueden ser añadidos a la fórmula para crear productos hidratantes "dirigidos" comercialmente a ciertos tipos de consumidor (1-3). Los alfahidroxiácidos, como el ácido glicólico o láctico se añaden a las fórmulas para crear hidratantes exfoliantes, con frecuencia productos comercializados bajo el rótulo de "anti-edad" (2, 3, 5). Para reducir la irritación que puedan causar se modula la concentración o se incluyen neutralizantes, ahora bien, con un pH >4.8 el producto pierde eficacia. Otra posibilidad es la del retinol (vitamina A) o el retinyl palmitate, que se añaden a fórmulas comercializadas como anti-edad con el fin de reducir el daño generado por el sol reduciendo las líneas finas de expresión y la textura áspera de la piel. Ambos son "retinoides precursores", y requieren una conversión enzimática para producir ácido retinoico a partir del retinol, ahora bien, se cree que la cantidad que se convierte es limitada (2, 3, 5). La niacinamida (nicotinamide) es estable y compatible con las fórmulas hidratantes debido a su alta solubilidad en agua. El papel de la niacinamida en la prevención de la fotocarcinogénesis y la promoción de cambios antineoplásicos en los queratinocitos en modelos de piel murinos es de considerable interés y y actualmente un foco de investigación (5, 27, 28). La adición de bloqueador o pantalla solar a las formulaciones hidratantes es significativa ya que la fotoprotección es un elemento muy importante a la hora de mantener una barrera epidérmica así como una infraestructura y soporte dérmicos íntegros, evitar el daño a pequeños vasos capilares y la formación de telangiectasias así como para la prevención de la fotocarcinogénesis y reducción de las irregularidades en la pigmentación de la piel.

La importancia de una limpieza gentil

En tanto que la limpieza es un "ritual diario" para muchas culturas, la elección de un producto de limpieza efectivo pero a la vez que no irrite la piel es muy significativa. Dichos productos contienen compuestos irritantes o agresivos y pueden aumentar la pérdida de la integridad de la barrera epidérmica así como afectar a su funcionamiento. Por tanto debemos evitar productos impropios o agresivos así como también el exceso de limpieza ya que son causas comunes de disrupción de la epidermis, irritación y xerosis (4, 6, 29-31).

Conclusiones

El objetivo principal de la limpieza e hidratación de la piel es mantener la salud general de la piel así como una barrera epidérmica íntegra. Esto se alcanza seleccionando productos que se formulan con la finalidad de facilitar la retención del contenido en agua de la piel, que limitan el daño a las proteínas y lípidos epidérmicos, que minimizan la pérdida de agua transepidérmica y que contribuyen a restaurar la barrera cuando esta se ve comprometida. La selección óptima del producto se basa principalmente en las características inherentes a la formulación, correlacionadas siempre con las necesesidades y el tipo de piel del paciente individual. En último término, los productos efectivos están bien diseñados con miras a sus características relativas al cuidado fundamental de la piel y esta efectividad no depende de los múltiples añadidos especiales que se incluyen basándose más en el marketing que en la validez científica.

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Conclusiones personales

- El motivo por el cual he escogido este artículo frente a muchos otros posibles, ya que el tema de la hidratación es uno sobre el que he encontrado bastante literatura de carácter digamos divulgativo; es que creo que incide bien en dos aspectos fundamentales de la hidratación cutánea: por un lado creo que resume bastante bien la idea fundamental de que mantener la piel hidratada es mantener la piel en un correcto equilibrio que le permite el óptimo funcionamiento de los procesos que se están dando continuamente en nuestra piel y que son los que garantizan tanto una piel sana como una piel estéticamente atractiva a corto y largo plazo. Esto lo pone en estrecha correlación con los hábitos más cotidianos como la limpieza de la piel, es decir, creo que explica bien cómo la piel en tanto que organismo vivo y dinámico fluctúa entre estados normales/anormales a causa en este caso de la disrupción de la barrera y que la hidratación ayuda a restablecer esa normalidad funcionando de una manera similar a los mecanismos que la piel tiene a disposición para su normalización, en este caso la producción endógena de lípidos epidérmicos. Por otro lado resalta y explica de manera explícita esta idea de que hidratar la piel no se reduce a aportarle sino más bien y principalmente a darle a la piel herramientas que ayuden a retener el agua en la piel. Vimos que hay tanto oclusivos como emolientes y humectantes, pero normalmente lo que determinará en gran medida (aunque no únicamente) la capacidad de hidratar de una crema será su oclusividad. Todas estas variables (y otras, algunas comentadas en el artículo) se entremezclan y permiten adecuar los productos a las necesidades de nuestra piel.

- Como veis menciona al aceite mineral, sobre el cual pesan popularmente muchas cosas falsas. En un estudio del año 1990 (32) se determinó que el aceite mineral era comedogénico aunque muy poco [39], algo que entraba en contradicción con otros estudios anteriores (33); ahora bien, años después en 2005 (34) se probó que el aceite mineral de grado cosmético, que es el que se usa en cosmética, no lo es. Actualmente se considera  que la comedogenicidad del aceite mineral es, literalmente, cero, incluso a altas concentraciones, hasta del 30% (34) Hay muchas cosas que se atribuyen al aceite mineral de grado industrial, pero dicho aceite no se usa en cosmética y la diferencia es tan radical que el aceite mineral de grado cosmético es no-comedogénico, es muy poco reactivo, inerte (lo que implica que no se "pone malo", no se pudre), no-tóxico, no-cancerígeno y tiene unas características estéticas que lo han hecho uno de los ingredientes más usados en la industria cosmética. Lo encontramos bajo una amplia variedad de nombre entre ellos parafina líquida, aceite de parafina, etc. En pieles acneicas y sensibles/reactivas es la mejor opción frente a aceites vegetales que tienen en conjunto una alergenicidad mayor y que en algunos casos son comedogénicos. El aceite mineral puede ser ligero o pesado, dependerá del número de moléculas cíclicas que encontremos en la estructura del aceite, cuantas más haya más ligero será, y por tanto menos oclusivo. En este estudio tenéis más referencias e información al respecto.

- Por otro lado hemos hablado otras veces ya de las siliconas que, como vimos, comparten con el aceite mineral una mala fama inmerecida ya que en este caso también son no-comedogénicas (35), tienen una oclusividad media (forman una barrera transpirable), y además de otras ventajas que ya mencionamos tienen la característica de que son oclusivas pero no aportan grasa, con lo cual por ello son muy adecuadas para pieles acneicas, mixtas o grasas, ya que hidratarán sin engrasar.

- Como ocurre con el pelo y frente a la percepción popular de que es malo, formar esta capa hidrofóbica que va a generar la hidratación por retención (ya que como vimos los humectantes deben ir acompañados de un oclusivo) es de hecho beneficioso para la piel. Vimos también por qué en la cara no hay "build-up" de lo que podamos usar en una crema, que es el mismo motivo (el desgaste y desaparición de la crema, por un motivo u otro) por el cual debemos hidratarla a diario si queremos que los efectos de la crema hidratante permanezcan en el tiempo. Por lo demás y en relación a las siliconas, temidas también en cremas y productos cosméticos, vimos ya que surfactantes considerablemente suaves las eliminan en un grado  a u vez considerable, en producto faciales se usan más o menos los mismos surfactantes que en productos para el pelo (es decir, gran parte de limpiadoras y demás usan SLS/SLeS o surfactantes con detergencia similar a al menos la cocamidopropil betaína); esto se une a los procesos naturales de la piel como la descamación. Personalmente no tengo ningún problema en usarlas en la piel, y creo que normalmente cuando a la gente no le gustan se debe a motivos de carácter estético. Como vimos son no-comedogénicas y además a corto plazo no se acumulan. Además en términos estrictos la piel no "respira"...naturalmente cada una conoce su piel, yo por ejemplo sé que no puedo usar ácido salicílico por una variedad de motivos, pero como siempre digo, que a mí me cause acné infinito da igual el tiempo de uso no quita que sea de los mejores ingredientes que podemos usar en pieles acneicas y que quieren tratar poros y puntos negros, por ejemplo.

- Como explica el artículo cuando hay una pertubación de la barrera se ponen en marcha mecanismos para su normalización y para ello se incrementa la producción de sebo. En mi caso por ejemplo esto es un buen indicador de cuándo mi rutina no me funciona, hay días o periodos donde me despierto con la mañana con una cantidad de grasa increíble en, sobre todo, la frente, pero en realidad por todo el rostro. Cuando digo increíble digo que casi me sirve de espejo. En ese momento sé perfectamente que debo descansar unos días de las cosas irritantes (por ejemplo, un ácido) e hidratar bien aunque mi piel esté híper-produciendo sebo, ya que es una especie de mecanismo de defensa. Cuando mi rutina facial es operativa me despierto en cambio con una cantidad moderada-pequeña de sebo, el cambio es bastante brutal, cuando he tenido rutinas que me han ido muy bien casi me he despertado sin sebo y con la cara bastante mate y yo personalmente no uso productos matificantes, no me gustan mucho. Esto dependerá de vuestra piel, claro, no quiero decir que toda piel grasa es una piel con una barrera perturbada; pero a veces sobre todo si usamos cosas como ácidos cuando la piel está especialmente grasa lo que sucede es que está irritada y que debemos dejarla descansar e hidratarla bien. En mi caso la diferencia es muy significativa y no sé cómo será en otros casos pero bueno, no siempre que haya un exceso de sebo debemos atacar con alcohol y astringentes, sobre todo si nuestra piel normalmente no es grasa, sino más bien mixta-normal o ligeramente grasa (o mixta-seca o seca, claro). En mi caso si el aumento de sebo persiste, cambio la rutina, porque claramente no me funciona bien.

- Yo personalmente no estoy de acuerdo en que elegir cremas con SPF incorporado sea relevante, no porque el SPF no importe, sino porque normalmente es difícil aplicar una cantidad suficiente de producto  (sea una hidratante, base, BBCream, prebase, etc.) que garantice una aplicación del activo de la protección solar en una cantidad adecuada, es decir, 2mg de producto por centrímetro cuadrado de piel. Más allá del SPF, tipo de protector (químico o físico), todos los "+" que tenga, formato, marca, etc. el protector solar nos provee protección adecuada si y sólo si lo usamos en la cantidad adecuada. Para la cara y el cuello la cantidad de protector solar que debemos usar es aproximadamente de media cucharada (¡es mucho! Más que el garbancito (o medio) -en volumen- que se pone la mayoría de gente; de hecho uno de los principales problemas del protector solar es que la gente no usa suficiente producto - 2, y un posible largo etcétera de referencias en esta línea), o la superficie entera de nuestro índice (¡no una capita mínima sobre esa superficie, claro!). Yo siempre anexo este vídeo al hablar de este tema porque verlo cambia mucho respecto de sólo leerlo, tenéis cuánto hay que usar para todo el cuerpo (una onza), para la cara (media cucharada) y también qué pasa si usamos por ejemplo la mitad: en el caso de un protector con SPF50, si usamos la mitad de la cantidad recomendada pasamos de tener SPF50 a SPF7. Recordemos que la aplicación del protector debe ser suficiente, homogénea y que hay que dejar que el producto se asiente bien antes de aplicar otras cosas encima para minimizar que por ejemplo la brocha de nuestro maquillaje haga que la cara no quede homogéneamente cubierta de protector solar. Además hemos de recordar que la manera segura de regular el SPF no es una mala aplicación (ya que es poco controlable), sino la elección correcta de SPF según nuestro fototipo y actividad que vayamos a realizar así como el lugar donde vayamos a realizarla (nivel de insolación), pero en cualquier caso siempre debemos aplicarlo correctamente, una cosa es qué SPF sea el adecuado y otra muy distinta que ese SPF adecuado deba ser aplicado bien. Yo por eso siempre uso protección individual específica. Que no nos quememos no quiere decir que estemos protegidos. Recordemos ya finalmente antes del vídeo que los SPF de distintos productos no se suman, no vale con poner mal el protector y luego una base con SPF15 creyendo que balanceamos así la cosa:


- Ya que el tema es algo extenso como fuente accesible os recomiendo otro volumen de la serie ya comentada Cosmetic Science and Technology (que reúne a especialistas en cada campo, desde dermatólogos a químicos, etc. para escribir artículos cortos y divulgativos sobre una variedad de temas), en este caso el dedicado a la hidratación, Skin Moisturization (aquí descargable en Scribd), como veis reúne temas variados, desde explicaciones menos someras de qué son por ejemplo las cerámidas o los humectantes a explicaciones sobre qué métodos se usan para medir la hidratación cutánea, temas sobre  casos específicos como la hidratación en pieles sensibles, etc. en definitiva, es un recorrido somero y considero que poco tecnicista sobre el tema pero no por ello menos informativo. Tiene la ventaja o desventaja, según, de que está en inglés. También os recomiendo el texto anterior a este, el sexto, "The Dry Skin  Cycle" escrito por Paul J. Matts y Anthony V. Rawlings, ya que es algo más complejo pero por ello más informativo.

- Quisiera anexar una tabla que he sacado del texto uno del volumen citado algo más arriba ("Skin Moisturization", el texto en cuestión se llama "The Skin Moisturizer Marketplace" y su autor es Anthony W. Johnson) que resume los ingredientes que solemos encontrar en nuestras hidratantes categorizados por su función (aunque cabe recordar que a veces una misma cosa hace dos funciones distintas, por ejemplo las siliconas además de oclusivos pueden ser también emolientes):



Como veis la glicerina, la lanolina, el petrolatum, el aceite mineral, la silicona dimethicone y la alantoína destacan, y lo hacen en calidad de estar reconocidas como protectores cutáneos por la FDA, que define a los protectores cutáneos como "over the counter drugs" (OTC, es decir, fármacos o drogas de venta libre) que protegen temporalmente a la piel o mucosa dañada o expuesta de posibles daños o estímulos inconvenientes y que pueden proveer alivio en estos casos.

- Por último lanzo una pregunta abierta cuya obligatoriedad de respuesta es nula: ¿os gusta esta clase de entradas? ¿hay algún tema que os interese? Creo que ciertos temas es mejor no tratarlos porque ni yo tengo formación adecuada ni considero que un blog público sea el lugar (cuáles sean puede ser algo difícil de determinar), pero sí creo que se puede dar información genérica de una variedad de temas presentando la fuente, que en este caso por ejemplo personalmente considero fiable. Naturalmente si no os manéjais con el inglés y os interesa algo no me importará traducir el texto en cuestión :)


Skin 101: Rutina Básica

I: Limpiar la piel
II: Tónico
III: Hidratar la piel


¿Os resulta fácil conseguir una buena hidratante, cómo es vuestra piel? ¡A mí hasta el momento me parece chunguísimo! ;)


Referencias

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25/4/13

Hair 101: Mitos sobre el cuidado del pelo




La entrada de hoy es quizá más informal por motivo de que las bases que justifican lo que digo están o dispersas por el blog o simplemente la refutación se basa en la ausencia de evidencias. Hechos como que el crecimiento del pelo está determinado genéticamente,  la misma estructura del pelo u otros datos dispersos se juntan como justificación no explícita pero no por ello inexistente. Naturalmente si lo veis necesario buscaré -cuando exista, claro, es decir, hay cosas que son mitos porque no hay nada que los avale ni tesis que soporten alguna funcionalidad- la justificación a lo que digo o me explicaré con más detalle. Si conocéis otros o queréis añadir alguno, así como hacer cualquier pregunta al respecto, sabed que será más que bienvenido, como siempre :)


Agua helada, ¿quién no ha oído este mito alguna vez? Acabar con buen chorro de agua fría quizá es "energizante" -aunque no es lo mío-, pero no ayuda a cerrar la cutícula ni tiene ningún efecto sobre el pelo. Lo único que ayuda a que la cutícula esté más compacta son dos cosas: acondicionar y usar sustancias ácidas como vinagre. 

Tirantez, último aliado contra el crecimiento. Ponte una coleta y hazla bien tirante, cuanto más tire antes crece el pelo. O eso son las instrucciones, porque si lo tomamos como una afirmación, es falsa. Como ya vimos este tipo de prácticas no hacen más que romper y dañar el pelo, todo lo contrario a lo que necesitamos si queremos dejarlo largo. "Pero, Alétheia, ¿qué percibe la gente que lo lleva a cabo?", diréis. Si son rigurosas, las personas que llevan el pelo atado a diario durante algún tiempo normalmente se acostumbran a verse con el pelo recogido y cuando se lo sueltan, perciben por desuso el crecimiento del pelo con más facilidad. No sé si os habrá pasado, pero si habéis pasado por algún "corte del horror" y el resultado ha sido llevarlo recogido, entero o alguna parte durante un tiempo, llega un momento en que te sorprende lo mucho que te ha crecido cuando te lo ves finalmente suelto un día cualquiera. No ha crecido más, como vimos el pelo tiene un ciclo de crecimiento y un largo que viene determinado genéticamente (aunque influyen otras cosas sobre la calidad del pelo, por ejemplo la calidad de nuestra dieta), lo que cambian son nuestras percepciones visuales.

Ajo, arcano secreto. Ponle dientes de ajo al champú o algún producto con aclarado y disfruta de un pelo largo y sano. Tiene una explicación, ¿cómo? Sí, sí. Aleja a posibles y actuales parejas que en un gesto habitual nos soban el pelo, así que naturalmente, como evitamos una fuente de daño mecánico, el pelo se daña menos y la percepción que tenemos al no haber rotura es que el pelo efectivamente, ¡crece!. Fuera de coñas, en teoría el proceso no deja un olor evidente en el pelo pero tampoco aporta nada especial, de hecho yo me preocuparía de que el ajo alterase el producto o se pudriese dentro o algo similar, así que os aconsejo por olor, posible amenaza higiénica y carencia de resultados que no lo hagáis. En cualquier caso si vuestra pareja os soba demasiado el pelo y no os gusta el ajo...

Cebolla, combinación ganadora. El proceso es el mismo, quizá es porque el ajo y la cebolla pertenecen a la misma familia taxonómica (Amaryllidaceae), pero los resultados son los mismos. Personalmente prefiero el olor del ajo, pero lo dejo a vuestra elección. Como la cantidad de cosas de naturaleza alimentaria que se añaden al champú o se aplican esperando un milagro es infinita (desde aloe vera, patata, levadura de cerveza, miel, clara de huevo, yema de huevo, el huevo entero, semillas de alguna planta rara, mayonesa y luego un cubito de hielo mechón a mechón -verídico- en fin, lo que sea) citar cada consejo rocambolesco se haría pesado, en cualquier caso todo esto ni sirve, ni nada de nada, así que por cuestiones higiénicas y de seguridad os vuelvo a aconsejar no alterar el producto original, menos con comida. Los posibles beneficios (de la mayonesa, por ejemplo; algunas cosas no hacen nada, como el ajo o similares) son tan simples como que aportan emoliencia o grasa y normalmente son "mascarillas" que se aplican antes del champú así que los posibles resultados derivan sencillamente de que se reduce la detergencia del producto de limpieza y el pelo naturalmente queda más suave, o bien porque acondicionan en su calidad de sustancias grasas/emolientes. Lo que podemos aplicar son productos grasos/emolientes en el pelo, no en el producto, antes de lavarlo, después, etc. pero es vital echarlo en el pelo o a la parte de producto que vayamos a usar (como echarle algo de aceite a nuestra mascarilla, por ejemplo) y no en todo el producto por motivos de seguridad e higiene. 

Levadura de cerveza, complemento nutricional. Este es de los más famosos y sin embargo funciona siempre y cuando tengamos carencias dietéticas. Si llevamos una dieta equilibrada no hace falta suplementar, la suplementación nutricional funciona allí donde hay carencias. Sí os recomiendo incluir muchas verduras y frutas en vuestra dieta así como una cantidad suficiente de grasas saludables, y todo ello por supuesto en el marco de una dieta equilibrada. Naturalmente no hablamos de casos donde está presente alguna patología, todo lo que traspasa esa línea queda fuera del, a su vez, alcance de esta entrada y de hecho de todo el blog en su conjunto. Una dieta pobre condiciona cosas como una mala calidad del pelo, por ejemplo.

Pastillas anticonceptivas, choque hormonal. La gente le echa de todo al champú, incluido pastillas anticonceptivas. Las muelen y para el champú que van. ¿Efecto? Nulo. ¿Coste? Depende, puede ser alto, en cualquier caso, es un mal-gasto. Definitivamente si jugamos con hormonas a nivel oral quizá logremos algo, pero aplicarlas tópicamente y además en el champú no tiene efecto (y no, diluidas en agua tampoco, ni frotarlas a palo seco).

La luna, resplandor argentino. Rulan cantidad de calendarios lunares con recomendaciones para cortarse el pelo en determinadas fechas. Como vimos, y vuelvo a citarlo, el pelo tiene un ciclo de crecimiento determinado genéticamente, haya luna llena o menguante.

El pelo, ese ente desnutrido. A lo largo de mi travesía por la información del cuidado del cabello este curioso mito que provoca comportamientos a su vez más curiosos (hay gente que piensa que untarle por ejemplo manzana machada al pelo es literalmente darle de comer) es de los más extendidos porque además se presenta en diferentes formas argumentales y uno de los principales usuarios de esas modulaciones es de hecho la publicidad. Hay un grueso considerable de gente que cree que las puntas reciben alimento del folículo, ¿cómo? Ni idea, quizá piensan que a través del núcleo, no lo sé. En cualquier caso el pelo no es un conducto ni un túnel por el que pasean nutrientes ni el pelo una vez que ha crecido tiene relación con el folículo. Esa es la forma más simple de la falsedad, pero si prestamos atención las alegorías "biologicistas" y nutricionales son altamente frecuentes tanto en la publicidad capilar como del cuidado de la piel, de hecho, el uso tan extendido del término "nutrición" y sus derivados en el mundo publicitario es el uso de esta idea básica más rudimentario. A modo de anécdota, quiero recordar que este universo digestivo-explicativo fue dominante allá por el s. XVI en la idiosincrasia europea renacentista, y fue además particularmente importante para la Al-chemya (química árabe, es decir, la alquimia), una de las corrientes de investigación y explicación del mundo pre-científicas más relevantes para el surgimiento de la ciencia moderna, las encontramos ya en textos paracelsianos. Las concepciones animistas/organicistas siguen estando muy presentes en la época actual (y en diferentes campos) y tienen mucho tirón publicitario, con la excepción de que en nuestra contemporaneidad se entremezclan con reclamos y formas de redacción así como jerga propias del discurso científico, revistiéndose así todo ello de un aura de legitimidad a ojos del consumidor que de hecho no tiene fundamento. Naturalmente, bajo nuestros estándares de fijación de la verdad y la literatura científica que opera desde ellos, todas estas formas en las que el argumento se articula son falsas.

Aparte de eso, que es bastante importante, porque si lo vemos desarticulamos no una variante, sino toda una dinámica discursiva; a veces estos mejunjes caseros hacen más daño que bien, por ejemplo la miel es untuosa y se "seca" un poco, quedando pegajosa...igual lo que puede costar limpiarla bien elimina los posibles beneficios en lubricidad que nos puede aportar. Además porque una comida tenga por ejemplo proteínas no significa ello que por ponerla en el pelo "tal cual" vaya a tener algún efecto, por ejemplo las muy desagradables y difíciles de quitar (yo estuve ahí) mascarillas con clara de huevo podrán tener nutricionalmente mucha proteína, pero recordemos que la proteína para poder acondicionar tiene que estar hidrolizada, con lo cual será una mascarilla proteínica, pero para el pelo no demasiado; igualmente no es lo mismo ponerse aguacate machacado en el pelo que usar aceite de aguacate...eso por no hablar por ejemplo de la concentración o la idoneidad del vehículo, etc. Por lo general no hacen mal, yo por supuesto os recomiendo que si queréis probar con cosas caseras, que sean untuosas y fáciles de quitar. Naturalmente opino que es mejor investigar y comprarse un buen producto específico, pero bueno, tampoco es excluyente. Yo personalmente lo único "casero" que uso en mi pelo son aceites, habiendo productos que me dan los mismos o mejores beneficios en el mercado prefiero eso a ponerme plátano machacado, no me compensa en términos de poca elegancia cosmética/beneficios/resultados.

Cortar el cabello, estímulo económico. No parece una mala idea plantarle cara al BCE con nuestra política de estímulo económico capilar particular, sin embargo lamentablemente es un método de protesta pasivo poco eficaz porque cortar el pelo no hace que crezca antes, no afecta para nada al folículo así que perversamente y sin quererlo acabamos plegándonos a la política europea de austeridad, porque los resultados son los mismos: muchos recortes y nada de crecimiento. Aún así, como podréis imaginar cortar el pelo con cierta regularidad ayuda a evitar que cuando las puntas estén muy dañadas y empiecen a abrirse acaben por reducir el tiempo en que el daño progresa hacia arriba en el pelo, pero como veis la explicación es diferente y probablemente también la frecuencia. Si el pelo crece aproximadamente un centímetro al mes y una vez al mes o cada dos meses te cortas algo similar a un centímetro (o más), ¿cómo logramos tener el pelo largo? De esta manera o cortamos lo que crece o lo hacemos en gran medida y claro, va todo muy lento. Hay que cortarlo, pero cuando le haga falta, a no ser que queramos mantener cierto corte o largo.

Cepillar el pelo a diario, el camino recto para ser una "mujercita". Este mito de aires decimonónicos consiste en peinar todas las noches el pelo, normalmente el número de oro consiste en pasar el peine repetidamente cien veces. Si como en el mítico libro de Alcott queréis tener una hermosa cabellera al estilo de la de Jo, es mejor evitarle al pelo tanto estrés y fuente de daño mecánico porque si no acabaremos como acabó esta mujercita cuyo "único" atractivo era el pelo: con el cabello corto, aunque probablemente por causas mucho menos nobles. Lo mismo aplica a la idea de peinar el cabello para llevar el sebo natural a las puntas: mejor añade algún lípido y ahórrate el peinado, todo ventajas.

El protector solar, o cómo nos engaña la publicidad. ¿Se puede proteger al pelo del sol? En teoría, sí. Ahora bien, en la práctica, no. ¿Por qué? No sé si habéis visto que empieza a ser ya más frecuente la recomendación de que el protector solar para cara y cuello en el caso de presentarse en un bote con "pump" sólo provee una buena protección si usamos siete "pumps" de media y que si tiene boquilla hay que usar una cantidad equivalente al ancho y largo de un dedo (yo asumo que el índice). Ahora bien los protectores solares son efectivos si y sólo si los aplicamos en la cantidad adecuada (que normalmente es mucha más de lo que la gente se aplica). Y en la praxis eso supondría echarle al pelo un producto con una consistencia similar a la de un protector solar facial en una cantidad tal y con un esfuerzo tal para cubrir cada hebra que finalmente acabaríamos con la cabeza blanca y chorreando producto. Los protectores solares que muchas marcas, caras y baratas, venden son liquidillos similares a un sérum que lo dejan bien bonito pero que, como ninguna autoridad reconoce la eficacia del protector solar en productos para el cabello, ni tan siquiera indican el factor de protección solar, es decir, ni siquiera está regulado, sino que como otras cosas tiene un valor meramente comercial sin ninguna validez detrás. En resumen, usar un protector solar capilar no sirve de nada, ¡ojalá!

La costumbre, si ya decía Hegel que era señal de decadencia de un pueblo, seguro que del cabello también. "Es que ya no me hace efecto", se lee con frecuencia. "Cambio de producto para que no se me acostumbre", también. Afortunamente no tienes por qué dejar de usar ese producto que te ha ido tan bien, porque el pelo no se acostumbra a nada. De nuevo diréis, "pero Alétheia, yo he notado que el producto ya no me hace efecto". Puede, sí, pero la explicación es otra. Puede que tengáis build-up, una rutina cuyos productos no casan bien entre sí puede llevar a ello y claro, si no cambiáis de rutina (¡que no necesariamente de productos!), no veis diferencia. Y al cambiarla, en este caso cambiando los producto...¡voilá! Por otro lado, puede que vuestras necesidades hayan cambiado. Quizá hace más calor o frío y el pelo se ensucia antes porque sudáis más o menos, quizá os tocáis más el pelo sin daos cuenta y así conseguís que se engrase antes, quizá estáis aplicando más sérum de la cuenta y el resultado es horroroso, y un largo etcétera. Probablemente a medida que avanza el tiempo al acumular el pelo daño los productos que nos valían y dejaban el pelo genial hace meses ahora ya no destacan tanto, depende sobre todo de nuestros hábitos, si te pasas la plancha todos los días probablemente el pelo "se acostumbre" antes. Muchas veces, creo, es simple aburrimiento, cuando probamos cosas nuevas creo que estamos más ojo avizor a pequeñas diferencias. En cualquier caso el pelo no se acostumbra ni hace falta cambiar nada si lo que usamos nos gusta y va bien, sea champú, mascarilla, sérum o lo que sea.

La miel aclara el cabello. La teoría es simple, la miel contiene peróxido de hidrógeno y el peróxido de hidrógeno decolora el pelo, ergo, podemos usar miel para aclarar el cabello. Pues no. ¿Por qué? Porque como podéis suponer, no importa sólo el qué, sino el cuánto y además en el caso del peróxido a qué pH. Para poder decolorar el pelo es necesaria una concentración de peróxido del 6%, aunque concentraciones del 3% pueden llevar a cambios graduales. La miel de hecho no contiene peróxido, sino que si y sólo si es cruda contiene una enzima llamada glucosa oxidasa que en las condiciones adecuadas puede convertirse en peróxido. Cuando se diluye en agua, dicha enzima produce un milimolar de peróxido, una cantidad mil veces menor que la necesaria si quiera para apreciar cambios graduales (3%). Si suponemos sin embargo que usamos un huevo de miel, queda la cuestión del pH. El peróxido es bastante inactivo en pH inferiores a cuatro y hace falta subir el pH considerablemente en productos decolorantes para que sea efectivo en grado suficiente. Un acondicionador y en general los productos para el cabello tienen un pH entre 4-5, con lo cual si usamos muchísima miel y la mezclamos por ejemplo con el acondicionador para regular el pH, este será demasiado bajo para que el peróxido sea suficientemente activo. Voy a usar literalmente la frase final del artículo del blog de The Beauty Brains que estoy usando de fuente, que reza: si usas el tipo adecuado de miel y si lo diluyes propiamente y si consigues un buen pH y si logras aplicarlo en el pelo antes de que el peróxido se oxide...aún así sólo obtienes en cantidades de uso normales 1/1000 partes de lo que haría falta para poder apreciar cambios graduales en el tiempo con uso continuado. He visto fotos de gente que ha usado el método y si eres condescendiente, se aprecia un ligero cambio. Personalmente, me los explico de muchas maneras pero no por la decoloración que lleva a cabo la miel. En condiciones de uso real, es un mito.

La biotina, el elemento crece-pelos. No hay ninguna prueba de la aplicación tópica de biotina tenga efecto alguno sobre el pelo, a pesar del infundado boom publicitario que vivimos hace un tiempo con esta cuasi-especie de falso santo grial capilar.

Los productos caros son siempre mejores. Esto es muy simple.

Caso 1Water/Aqua, Ammonium Lauryl Sulfate, Hamamelis Virginiana (Witch Hazel) Extract, Decyl Glucoside, Soyamidopropyl Betaine, Soyamidopropalkonium Chloride, Glycol Distearate, Polyquaternium-10, Lavandula Angustifolia (Lavender) Extract, Panthenol, Hydrolyzed Soy Protein, Citrus Medica Limonum (Lemond) Peel Oil, Dimethicone, Prunus Serotina (Wild Cherry) Bark Extract, Lawsonia Inermis (Henna) Extract, Hydrastis Canadensis (Golden Seal) Extract, Calendula Officinalis Extract, Equisetum Hiemale Extract, Quillaja Saponaria Bark Extract, Geranium Maculatum (Geranium) Extract, Larrea Divaricata Extract, Symphytum Officinale Extract, Equisetum Arvense Extract, Artium Lappa Root Extract, Quassia Amara Extract, Juglans Regia (Walnut) Shell Extract, Frangula Alnus Bark Extract, Methylparaben, White Truffle Oil, Phytantriol, Medicago Sativa (Alfalfa) Extract, Sambucus Nigra Extract, Achillea Millefolium Extract, Melissa Officinalis (Balm Mint) Extract, Tussilago Farfara (Coltsfoot) Extract, Citric Acid, Lavandula Angustiolio (Lavender) Extract, Chamomilla Recutita (Matricaria) Flower Extract, Urtica Dioica (Nettle) Extract, Rosmarinus Officinalis (Rosemary) Extract, Avenua Sativa (Oat) Kernel Extract, Humulus Lupulus (Hops) Extract, Methylchloroisothiazolinone, Methylisothiazolinone, Sodium Chloride, Citral, Limonene, Eugenol, Linalool.

Si quitamos todos los extractos inútiles tenemos un champú que básicamente usa ALS, no es frecuente pero no es un surfactante raro, ni tiene nada especial, es algo más suave que el SLS pero más agresivo que el SLeS. Aparte encontramos el surfactante Decyl Glucoside, de los más suaves; la Soyamidopropyl Betaine es un surfactante sintético derivado de la soja que imagino no tendrá demasiada diferencia con la cocamidopropil betaína (que deriva del coco), lo mismo ocurre con el Soyamidopropalkonium Chloride, que probablemente será muy similar al Behentrimonium Chloride. Tenemos luego un glicol que modula la textura, un polímero catiónico, en este caso el muy común poluquaternarium-10, que comentamos ya que junto al 7 es el más usado en la industria; pantenol y una proteína hidrolizada, dimethicone, también muy usada silicona; (media lista después) conservantes, aceite de trufa blanca, Phytantriol (emoliente), un regulador de pH/conservante (nada raro, ácido cítrico); y finalmente más conservantes y componentes de la fragancia que tienen que estar listados obligatoriamente por ser alérgenos comunes. En resumen, un champú con una mezcla de sulfato alcalino, decyl glucoside, un par de surfactantes uno anfotérico y otro catiónico (combinación híper-habitual); un glicol, un polímero catiónico y aparte si hablamos de cosas funcionales un par de aceites que igual son caros pero que dudo que no puedan ser sustituídos por otros más baratos con iguales resultados, un emoliente y dimethicone

Caso 2: Aqua, Sodium Laureth Sulfate, Disodium Cocoamphodiacetate, PEG-7 Glyceryl Cocoate, Sodium Chloride, Glycol Distearate, Cocamidopropyl Betaine, Laurdimonium Hydroxypropyl Hydrolyzed Wheat Protein, Hydrolyzed Silk, Sericin, Hydrolyzed Wheat Protein, Polyquaternium-10, Panthenol, Laureth-4, Hydrogenated Castor Oil, Mica, Citric Acid, Parfum, Coumarin, Citronellol, Hexyl Cinnamal, Limonene, Linalool, Sodium Salicylate, Sodium Benzoate, Cl 77891, Cl 17200 

Tenemos un sulfato alcalino de hecho más suave que el ALS junto a otro surfactante también bastante suave (Disodium Cocoamphodiacetate); el PEG-7 Glyceryl Cocoate aparte de emulsionante/solvente es también emoliente; el Sodium Chloride regula la textura (engrosante), el mismo glicol,  tenemos también un surfactante anfotérico, un montón de proteínas y un aminoácido, en este caso nuestro polímero cuaternario es también el 10, también lleva pantenol; aceite en este caso de jojoba ricino; la mica regula la textura del producto y por lo demás como el anterior lleva conservantes, corrector de pH y los reglados alérgenos, etc. 

Nos faltan las siliconas pero como ya suponéis no son difíciles de encontrar, pero de uno a otro no media una gran distancia (coincide la detergencia de los surfactantes, la presencia del mismo glicol, de acondicionadores similares, la presencia de aceite -aunque el caso 1 lleva más, pero estoy segura de que podemos encontrar opciones más similares, esto es un ejemplo a bote pronte, sin demasiada investigación-, el mismo polímero cuaternario, tenemos pantenol, emoliente, las proteínas y otros productos coincidentes), sin embargo uno cuesta unos 4€ y el otro, 45€. ¿Cuál es cuál, el caro es el que lleva todas esas proteínas o el que lleva esa lista interminable de cosas inútiles aunque algún ingrediente que no por más caro necesariamente es más funcional - como el exótico aceite de trufa? El primer caso se trata del champú de aceite de trufa blanca de Philip B, que en su versión pequeña en Nordstrom cuesta casi 45€; el segundo, el probablemente más conocido champú Gliss Liso Seda de la marca Schwarzkopf que encontramos fácilmente por unos 4-5€. ¿Son iguales? No, no estoy diciendo que sean clones, sustituibles entre sí o que den los mismos resultados. Pero creo que la intención se ve: no hay diferencias abismales en lo que contienen, que legitimen decir que si no te gastas mucho dinero en un producto no obtendrás lo mejor. Depende, en concreto este producto de Philip B no es una castaña pura, pero he visto productos a precios irrisorios cuando llevaban lo mismo que encuentras en el producto de tu supermercado habitual. Del mismo modo eso no quita que me parezca estupendo que cada quien se compre lo que sea y como siempre; como ya hemos comentado otras veces de la fórmula a que te guste o no hay un trecho, lo importante es que cosas buenas hay en muchos rangos de precio, sólo hay que saber buscar. Probablemente el caso 1 "hidrate" más, pero como veis no tiene nada del otro mundo, a excepción de cosas que sinceramente no creo que aporten nada funcionalmente diferente a cosas más baratas y comunes. Estoy segura de que con más tiempo y medios se pueden encontrar cosas muy similares en un plano funcional al caso 1, mucho más baratas. Como ya he mencionado también como creo firmemente en esto y como creo que no hay diferencias abismales, invierto mis esfuerzos en encontrar productos funcionales por el menor precio y me interesa encontrar productos de menor precio para aquellos que son más caros. No es que sólo compre cosas de supermercado (porque además alguna vez he dicho ya que la cosmética no se puede reducir a un mero quimicismo), al contrario, pero sí creo que si se busca bien, se acaba encontrando de todo un poco. En mi opinión, el "marquismo" en el pelo está totalmente injustificado, en términos de composición (otra cosa es que no haber encontrado algo barato que te dé buenos resultados o preferir comprar cosas de este nicho a expensas de cuál sea o deje de ser la composición por preferencia personal, que es distinto).

Los champús que no hacen espuma son mejores, porque no llevan SLS: Ciertamente el motivo de que el SLS tenga un uso tan alto se debe a que responde bien a las necesidades de una gran parte de consumidores, por su coste y porque sus facultades estéticas, entre ellas la capacidad de generar espuma; la hacen una opción interesante desde el punto de vista comercial. Pero el mito consiste en reducir la "espumancia" del champú al surfactante principal, o más bien al SLS. En un champú comercial muy simple solemos ver la inclusión de la cocamidopropil betaína como co-surfactante (y la respuesta oficial que me dieron), por dos motivos: por una parte, para diversificar la detergencia, como vimos usar varios surfactantes de distinta detergencia ayuda a reducir la detergencia total del producto. Por otro lado, principalmente, se añade como "espumante". Además es falso que haya una relación proporcional entre detergencia y "espumancia", el SLeS que es más gentil que el SLS hace más espuma. Y además es que hay una cantidad considerable de productos que se pueden incluir en los productos para que hagan espuma, naturales y sintéticos. Así que si un champú no hace espuma es porque no es un buen champú, ¿por qué? La espuma es importante por dos motivos: el primero, más vital, tiene que ver con la fragilidad del pelo cuando está mojado. No sé si os habrá pasado que al usar un champú que no hace espuma al frotar para intentar limpiar el pelo cuesta meter los dedos, moverlo, te das tirones y además oyes el pelo partiéndose. El pelo mojado pesa y la espuma al aportar cierta lubricidad reduce el daño, para limpiar el pelo hay que frotar bien y eso requiere un movimiento más o menos energético. Por otro lado, usamos mucho menos champú cuando hace espuma que cuando no, así que a la postre un champú que haga una buena espuma es más económico. 

Si un champú no hace espuma, no limpia. A pesar de que hay motivos para escoger champús que hagan una buena espuma, es falso que si no la hacen, no limpien. De hecho, la capacidad de generar espuma de un champú depende tanto del tipo de surfactante (y-cosurfactantes y otros agentes espumantes usados) como de la cantidad usada y de lo sucio que esté el pelo. Seguro que os ha pasado que en la segunda "champunada" hace muchísima más espuma, es más, hay mucha gente que repite el proceso por el motivo único de ver cómo acaba con la cabeza llena de espuma. La razón es que la suciedad que pueda haber en el pelo es un "anti-foaming agent" (agente "anti-espumante") ya que reduce la capacidad del surfactante para generar espuma, digamos que la suciedad "desgasta" o usa al surfactante haciendo que ésta se adhiere a ella y así limpie el pelo (recordemos cómo operan las micelas), pero eso evita que se genere tanta espuma. Cuando lavamos el pelo por segunda vez hay más espuma porque hay menos suciedad. Si hemos elegido bien un champú, aunque no haga mucha espuma, se habrá llevado la suciedad suficientemente en la primera lavada. A veces es necesario repetir, pero yo personalmente no vuelvo a lavar el pelo, pienso que si queda algo de residuo no afectará al aspecto del pelo y que en la segunda champunada simplemente se está secando al pelo de más. Naturalmente escojo mis champús de manera tal que con una lavada los resultados sean satisfactorios. En definitiva, que un champú cuando más arrastra, menos espuma hace (en cada caso particular, no me refiero a que el champú que menos espuma hace del mercado más limpia, sino a que un mismo champú cuando menos espuma haga es porque se enfrenta a más agentes anti-espumantes), eso aparte de que hay champús que ya en la primera lavada hacen espuma porque dicha espuma no es enteramente dependiente del surfactante o porque el surfactante es adecuado para nuestro pelo porque arrastra y hace suficiente espuma es una sola vez (sería un equilibrio entre detergencia y estética), por ejemplo. De hecho, mucha gente se pasa a champús sin sulfatos (o más bien, champús con menos detergencia) pero se lava el pelo dos-tres veces, con lo cual al final consigue el mismo efecto que si usase una sola pasada de producto con algún sulfato (o más bien, champús con más detergencia), por ejemplo.

Los champús no tienen nada que ver con un gel de cuerpo. En realidad son bastante similares y es más, no es raro ver que una marca que comercialice ambos productos tenga fórmulas casi iguales para un champú y un gel. Hace poco por ejemplo vi en ForoVogue que ocurría con la marca Dr. Organics.

Gel de ducha olivaAloe barbadensis leaf extract, Aqua (water), Sodium cocoamphoacetate, Sodium lauroyl sarcosinate, Cocamidopropyl betaine, Lauryl glucoside, Coco glucoside, Glyceryl oleate, Shea butteramidopropyltrimonium chloride, Sorbitan sesquicaprylate, Olea europaea leaf extract, Citrus medica limonum peel extract, Vitis vinifera leaf extract, Thymus vulgaris leaf extract, Foeniculum vulgare seed extract, Potassium sorbate, Ascorbic acid, Parfum, Ribes nigrum, Sodium hydroxymethylglycinate, Citric acid, Amyl cinnamal, Benzyl salicylate, Geraniol, Hydroxycitronellal, Linalool.

Champú oliva: Aloe barbadensis leaf extract, Aqua (water), Sodium lauroyl sarcosinate, Sodium cocoamphoacetate, Cocamidopropyl betaine, Shea butteramidopropyltrimonium chloride, Coco glucoside, Glyceryl oleate, Parfum, Sorbitan sesquicaprylate, Olea europaea leaf extract, Citrus medica limonum peel extract, Vitis vinifera leaf extract, Thymus vulgaris leaf extract, Foeniculum vulgare seed extract, Potassium sorbate, Ribes nigrum, Ascorbic acid, Sodium Hydroxymethylglycinate, Citric acid, Amyl cinnamal, Benzyl salicylate, Geraniol, Hydroxycitronellal, Linalool.

Normalmente un champú suele llevar cosas que no encontramos en un gel, o bien un gel no será suficientemente acondicionante, etc.  pero hoy día los geles usan acondicionadores que se depositan tras el lavado en la piel y que también pueden acondicionar el pelo; a la par que ya no usan jabón sino surfactantes sintéticos. Tampoco es que ocurra en todas las marcas que sean tan iguales, pero en términos de formulación a veces no son tan diferentes, aunque no sean iguales, variará de producto a producto. Así que no os sorprenda si mucha gente usa gel como champú, no es tan descabellado :)

Las mascarillas sólo se deben usar ocasionalmente. Depende. A una persona que le baste con un acondicionador, pues le irá bien sólo con eso, pero como ya vimos los efectos de los agentes acondicionadores son temporales y no generan cambios estructurales, así como desaparecen en gran medida cuando nos lavamos el pelo. Algunas personas pueden experimentar que quizá una mascarilla es muy pesada para su tipo de pelo, pero en cualquier caso la diferencia entre acondicionadores y mascarillas normalmente es que esta última incluye más acondicionadores y mejores oclusivos, pero no hay ninguna diferencia específica, es una cuestión de gradualidad. Hay muchas mascarillas que tienen composiciones muy similares a las de los acondicionadores de su línea, depende de la marca. En mi caso hace años que no uso acondicionadores sino mascarillas todas y cada una de las veces que me lavo el pelo, encuentro que los acondicionadores son demasiado ligeros y suelen incluir menos cosas como proteínas o cerámidas, etc. Lo mismo se puede decir de los productos de uso "ocasional", depende. En general tiendo a evitar estos productos dada justamente la temporalidad de sus efectos, prefiero buscar más bien una rutina de uso frecuente buena, aunque incluir estos extras es una manera más de modular cómo cuidamos nuestro pelo, depende de nuestros hábitos. 

Los productos más caros usan mejores ingredientes y a mayor concentración. Esto no es exactamente un mito, menos cuando se generaliza. La realidad es que en algunos productos sí ocurre, pero también es una realidad que no suele haber esta clase de diferencias y esto es algo que podéis comprobar simplemente revisando listas y listas de ingredientes. Hay ciertos ingredientes que son muy baratos y otros que están en el otro extremo, pero eso no siempre coincide con que lo más caro sea lo más efectivo. Por ejemplo mientras el Sodium Lauryl Sulfate es muy barato el Sodium Cocoyl Isethionate es más caro, más gentil y menos irritante. Sin embargo muchísimas marcas bien caras usan sulfatos y por ejemplo el SCI lo encontramos en un producto de gama baja-media como la línea sin sulfatos de L'Oreal. En esta entrada del blog de The Beauy Brains tenéis información sobre relaciones comerciales tales como contratos de venta exclusiva, patentes, etc. que condicionan un poco esta dinámica. En general tal como se deduce el artículo sí hay una correlación entre capacidad adquisitiva de la marca (y sobre esto cabe pensar: ¿quién es más grande, L'Oreal o esa marca más pequeña pero nicho y que se vende tan cara...?) y posibilidad de conseguir ciertos ingredientes. Pero eso no quiere decir que haya siempre causalidad entre el precio del producto y dicha capacidad adquisitiva o calidad en los ingredientes, la fijación del precio de un producto involucra varias cosas y con ciertas cosas, sobre todo las cosas de lujo y en la cosmética especialmente, el sobrecoste respecto del coste de producción se justifica por otras cosas más allá del material usado y el producto concreto. El tema quizá es algo complejo pero en cualquier caso que haya ciertas correlaciones no quiere decir que haya causalidad y en mi opinión, derivada un poco de mi experiencia, ésta ocurre en una cantidad más bien pequeña de casos, igual que también es anormal encontrar productos excepcionales a muy bajos precios, en general creo que las diferencias cuando las hay no justifican el aumento del precio, sino que entran otros factores como el prestigio de la marca, etc. Por eso junto a la publicidad es conveniente para hacer buenas compras atender a las formulaciones, tanto para lo caro como para lo barato.

Los champús sin sulfatos siempre son más suaves con el pelo. Si seguís el blog ya sabréis de sobra que esto es falso. Como sabemos, la detergencia de un champú es dependiente de una variedad de factores que incluyen pero no se limitan al tipo de surfactante usado.

En fin, seguro que hay muchos más mitos...

¿Conocéis algún otro? ¿Hay algo que siempre os haya despertado dudas respecto de su validez cuando hablamos de consejos sobre el cuidado del pelo? Contadme :)

23/4/13

Bioderma H2O: Sensibio vs. Sébium


Si hay algún producto mítico a estas alturas son las aguas micelares de Bioderma, las opiniones positivas se cuentan por miles y aparecen en publicidad encubierta y no cubierta, he llegado a ver un bote de la versión Sensibio en un vídeo de GLAM, un grupo de pop coreano. A veces es difícil leer cosas negativas sobre ciertos productos, pero como creo que sabéis si seguís el blog...yo de momento no he encontrado ningún producto perfecto.

¿Qué es el agua micelar?

Ya comentamos en la entrada sobre los surfactantes qué es una micela, por tanto podemos decir entonces que el agua micelar es un producto que tiene un montón de micelas en suspensión. ¿Y entonces cuál es la diferencia con otro producto de limpieza que al incluir surfactantes forma micelas, o sea, cualquier limpiadora? A priori, ninguna. La diferencia que introduce el agua micelar es que suele usar surfactante no-iónicos que son algo más suaves y que no se aclara. En esta entrada de The Beauty Brains podéis ver que básicamente llevan agua, el surfactante, un glicol (humectante y además ayuda a disolver el maquillaje) y preservativos...y "fairy dust", cosas que realmente no hacen demasiado y que se incluyen por motivos publicitarios.

Personalmente la única duda que tengo y que no he conseguido resolver, sino que es una suposición mía, es si el efecto mecánico del algodón o producto que usemos para su aplicación es esencial para la efectividad del agua micelar. He encontrado este post del blog Lab Muffin que trata el tema, explica que al ser el algodón hidrofílico, cuando lo mojamos con el agua micelar la parte hidrófila del surfactante se "acerca" al algodón y deja la parte lipofílica más en contacto con la piel, y así la suciedad queda adherida a la cabeza lipofílica y además yo presupongo que el efecto mecánico de arrastrar el algodón contribuirá en la limpieza. Pero bueno con una sola referencia y una suposición por mi parte no llegamos muy lejos, lo único que puedo decir es que para mi uso personal me aseguro de usarlas con un algodón. 

¿De qué se trata? 

En definitivas cuentas se trata por tanto de un producto cuyo fin es limpiar la piel. Como ya comentamos en este post, la marca Bioderma responde a un laboratorio francés con base en Lyon fundado en 1985 y que en los últimos años ha pegado un marcado movimiento ascendente en cuanto a popularidad refiere; sus productos más afamados son estas aguas micelares -cuenta con una más muy poco comentada, en cambio, perteneciente a la gama Hydrabio- que pertenecen a dos de sus gamas también, probablemente, con más popularidad: la gama Sensibio, con productos destinados a pieles sensibles; y la gama Sébium, con productos destinados a pieles mixtas/grasas y con acné. Encontramos además otras gamas destinadas a las pieles atópicas (Atoderm), al cabello (Nodé), al cuidado frente al sol (Photoderm), etc. 

Los botes son de plástico y con una boquilla que dispensa suficiente producto sin excesos, en cuanto a los formatos podemos encontrar desde el de 50 ml al de medio litro, en mi caso ambos botes son de 250 ml. En el caso de la versión para pieles sensibles el producto se dirige tanto al rostro como a los ojos y el líquido es transparente, con un olor que a mí sinceramente me recuerda ligeramente al de un piscina tratada con cloro (aunque mi olfato es algo anormal). La textura es quizá ligeramente más densa que el agua pero podría pasar por agua en un vaso perfectamente. No contiene perfume, algo que es normal esperar en productos destinados a pieles sensibles. También como es usual en productos con este público, los colores del envase son suaves, poco estridentes, una mezcla de blanco, negro y rosa. El producto promete limpiar, desmaquillar y calmar la piel. 

El producto dirigido a pieles grasas en cambio tiene a mi gusto un olor mucho más neutro de difícil descripción y el líquido como veis aunque comparte la textura es azul, así como la gama mezcla en cambio un azul intenso con un verde bastante llamativo. En este caso el producto no se dirige específicamente a la limpieza de los ojos y como veis, frente a su versión para pieles sensibles no incluye el desmaquillado como reclamo publicitario, sino que nos promete limpiar la piel y purificarla. 

Ambos son hipoalergénicos aunque como supongo que sabéis es una etiqueta con mero valor comercial ya que no tiene ningún control estatal ni tampoco hay un significado común de marca a marca, sino que se usa "a placer", como podéis ver en link anexado; y tienen una caducidad de 12 meses.

Ingredientes

Sensibio H2O:  Water (Aqua), Peg-6 Caprylic/Capric Glycerides
(surfactante), Cucumis Sativus (Cucumber) Fruit Extract, Mannitol, Xylitol, Rhamnose, Fructooligosaccharides, Propylene Glycol  (solvente/humectante), Disodium EDTA, Cetrimonium Bromide (conservantes).

Sébium H2O:  Water (Aqua), Peg-6 Caprylic/Capric Glycerides, Sodium Citrate , Zinc Gluconate, Copper Sulfate, Ginkgo Biloba Extract, Mannitol, Xylitol, Rhamnose, Fructooligosaccharides, Propylene Glycol, Citric Acid, Disodium Edta, Cetrimonium Bromide, Fragrance (Parfum).

En cuanto a los ingredientes podéis ver que son similares, incluyen productos que aportan hidratación a la piel en forma de Mannitol,  Xylitol, Rhamnose y fructooligosacáridos, combinación que si no recuerdo mal llevan al menos prácticamente (o totalmente) todos los productos de la línea Sébium a excepción del gel limpiador, y que sé que aparece en muchos otros productos de la marca. Hay muy poca información en la red más allá de cosas relacionadas con la dieta, ya que el Mannitol y el Xylitol son edulcorantes sintéticos, pero lo poco que he podido averiguar es que parecen ser humectantes. La versión Sensibio lleva extracto de pepino, con supuestas propiedades calmantes. La versión Sébium añade Sodium Citrate, Zinc Gluconate, Copper Sulfate (astringentes,  antibacterianos, ayudan con el acné) y extracto de Ginkgo Biloba (antiinflamatorio), así como ácido cítrico (conservante/corrector de pH) y perfume. 



Mi experiencia

El producto tiene un uso muy sencillo, y es que mojamos un algodón con el producto, lo pasamos por la cara y se acabó. Ahora bien, como vimos en esta entrada es fundamental adecuar la detergencia del producto de limpieza a la necesidad de nuestra piel y a lo que exigen nuestros hábitos, por ejemplo, en el maquillaje. El agua micelar presenta una ventaja, que es la comodidad, pero a la vez es un producto con una capacidad de limpieza que promete ser suave, derivado ello del tipo de surfactante que se usa y también por el tipo de uso que se le da (sin aclarado), recordemos que los surfactantes siempre irritan algo la piel. Esto traerá ventajas o desventajas dependiendo de si el producto se adecua a lo que necesitamos o no. 

En mi caso tengo la piel algo sensible y el algodón, herramienta -sea esta o similar- indispensable, me hace una pequeña exfoliación al usarlo -he llegado a hacerme ligeras heridas con algodones que tienen grabados o relieve, las cuales me escuecen de manera generalizada por la cara cuando uso mis productos ácidos después, por ejemplo-, algo a tener en cuenta si tenéis la piel como yo; como desmaquillante no lo puedo usar porque desmaquillar incluido un protector solar si bien no implica arañarse la piel con el algodón, sí  implica usarlo repetidamente y con algo más de ahínco que si fuésemos a limpiar un poco de grasa matutina de la frente y además presupone también en mi caso usar varios algodones, no me puedo desmaquillar con un solo algodón...lo que va sumando fricción y acaba en que mi cara se irrita, no es algo exagerado y no es un efecto del producto sino del método, pero pasa, lo uso a veces, pero lo evito. La versión Sébium no se puede usar para desmaquillar los ojos -alguna vez la usé en un descuido y ¡pica! e irrita los ojos muchísimo, pero claro, no es su fin...he leído a veces a gente que la usa para desmaquillar sin problemas, en mi caso a pesar de tener los ojos sensibles de todos los productos que tengo está entre los que peor me los irrita o incluso el que más, basta con simplemente que me toque la piel del párpado para empezar a lloriquear- y la Sensibio en mi caso me retira el maquillaje bien, con alguna máscara de pestañas cojea y en el resto de casos es imprescindible que me tire un buen rato apretando el algodón contra el ojo y usar un par de ellos (porque se ensucian y además prefiero usar un algodón diferente para cada ojo, aunque acabo usando más de uno para cada lado) y aún así diría que no las retira del todo bien, puede limpiar pero no destaca especialmente a la hora de retirar la máscara de pestañas. Eso sin mencionar que por más que intento no frotar, siempre hay que frotar aunque sea un poco y mis ojos se acaban resintiendo un poco. No es que no desmaquille, a la postre lo hace, es que el proceso me parece larguísimo y poco eficaz, incluso cuando llevo poco más que el protector solar, un poco de polvos por encima, máscara de pestañas y poco más; por otro lado no me acabo de fiar de que arrastre bien el protector solar, los activos del protector solar necesitan un solvente graso y por eso prefiero usar un desmaquillante en aceite que creo que hará un mejor trabajo. En definitivas cuentas, como desmaquillante a mí no me convence, no porque no haga el trabajo, sino que en mi caso particular implica demasiada fricción (el aceite al ser oleoso hace que el proceso de disolver la máscara de pestañas en mi caso sea menos agresivo para con mis ojos) y por ello irritación y porque además frente a una pasada rápida de desmaquillante en aceite que me da más confianza en cuanto a su poder de limpieza implica un proceso más largo. Además de que el aceite se puede usar sin herramientas extra como un algodón lo cual en mi caso es un punto positivo, por comodidad y por confort para mi piel.

¿Y como limpiadora?  Depende. Uso un producto ácido en textura gel algunas veces a la semana que deja una pequeña capa que por la mañana noto perfectamente cómo se disuelve al entrar en contacto con el agua, y a corto plazo me empezó a pasar que me parecía que el agua micelar no me limpiaba del todo bien, me empecé a agobiar y acabé por comprarme un gel al agua. No creo que no limpiase bien, pero de nuevo tenemos la fricción, el usar algodones, varios en cantidad y además en mi caso una cierta experiencia estética desagradable, fue una especie de liberación volver a lavarme la cara por la mañana con agua fresca y un jabón líquido. De nuevo no digo que no limpie, sino que por un motivo u otro a mí personalmente no acaba de gustarme. No sé cómo le iría a una persona con la piel grasa/muy grasa, mi piel es mixta/grasa y realmente acabé "agobiada" por la falta de sensación de limpieza con su uso continuado. Creo sin embargo que puede ser un buen producto para un piel normal-seca que no necesite limpiar mucho sebo, por ejemplo. Depende, como siempre. Tampoco es tan exageradamente suave, sobre todo si hablamos de la versión Sébium y en cualquier caso ninguna de las dos es emoliente, algo que quizá una piel seca puede agradecer. Además creo que supone un costo mayor si la usamos para esto que otros formatos, ya que quizá resulte algo cara y se gasta muy rápido.

¿Y entonces, para qué la usas?  Sinceramente, para nada y para todo un poco. La uso alguna mañana tras una de esas noches en que no uso ácido glicólico, para retirar suavemente el sebo que tengo por la cara en la mañana me va perfectamente. Me sirve para esos días vagos en los que hace mucho frío y en los que mojarme la cara y las manos supone un terror absoluto. Me sirve para resfrescarme a media tarde si noto que hace calor y me incomoda el sebo en la piel (no para "refrescar" si no me hace falta limpiar). A veces me doy un repaso tras el gimnasio, aunque tampoco me gusta mucho la sensación, hago principalmente spinning y si sois amantes de estas clases como yo sabréis que al salir de clase poco apetece más que lavarse la cara con agua fría y un buen producto limpiador, el agua micelar refresca poco en esa situación de tanto calor corporal y además me da sensación de suciedad, porque me queda la cara mojada cuando vengo de tenerla llena de sudor, es una experiencia de nuevo estética, pero me resulta desagradable el poco frescor y el andar moviendo con un algodón el sudor de aquí para allá, me da la impresión de que al tener la cara mojada no limpia bien. La uso también para limpiar los pinceles que uso, especialmente el del eyeliner en gel. Tengo varios botes: uno en el baño, dos en mi habitación...con algodones próximos, es decir, están siempre allí a la vez que tampoco están de manera reglada en mi rutina. El principal uso que le doy a ambas versiones es el de limpiadora matutina, en competencia o más bien colaboración con mi gel al agua, depende de lo que haya usado la noche anterior y de lo que me apetezca. 

En cuanto a las diferencias entre ambas, la versión Sébium es mucho más astringente y matificante que la versión Sensibio, noto una gran diferencia. De hecho la versión para pieles grasas alguna vez me ha dejado sensación de tirantez. Es cierto que por el tipo de surfactantes que suelen llevar suelen ser más suaves pero eso no quiere que no limpien, que no pueden resultar agresivas a ciertas pieles o que no haya diferencias de una marca a otra, las hay y pueden ser no adecuadas. Ésta versión para pieles grasas tiene un punto negativo y es que es menos polivalente. La versión Sensibio es suave y no me irrita, limpia suficientemente bien siempre y cuando usemos suficiente producto (¿quizá es mejor usar algo que no obligue a repetir la aplicación en términos de irritación para la piel aunque a priori parezca que limpia más y por ello sea menos suave?), aunque el olor me disgusta un poco, y desde que la probé ha desplazado a la versión Sébium por ser más suave y poder usarse de desmaquillante. Tengo ambas porque tuve un tiempo donde las usé de limpiadoras principales junto al aceite desmaquillante para los casos de maquillajes más "pesados", por la mañana usaba la Sébium para el control del sebo y por el efecto astringente y el resto del tiempo la versión Sensibio, para desmaquillar y para limpiar. Por todo lo anterior fueron siendo desplazadas y han quedado relegadas quizá a un uso más marginal pero que en mi caso es muy conveniente, si algo me gusta incluir en mi rutina son opciones, tampoco demasiadas claro, pero sí me gusta tener siempre algunos productos con los que suplir lo pequeños cambios que sufre mi piel y también adecuarlos a mis hábitos; por ejemplo esas noches que es tarde y no hay ganas de nada, tengo el agua micelar a mano y me voy desmaquillando y limpiando la  piel mientras voy dando tumbos hasta mi cama y de paso me cambio a la ropa de cama. Sé que soy muy friolera y además se me pegan siempre las sábanas, pues tengo en mi tocador un bote, algodones, me limpio, protector solar y ya está, todo a mano y con una accesibilidad diferente a la que me supone limpiarme con mi gel habitual. 

Sé que tiene muchas fans y lo entiendo, los productos funcionan, tampoco usar unos cuantos algodones y tener algo más de paciencia lo hacen un mal producto si no suponen un problema por ejemplo por tener la piel sensible o preferencias personales, pero en mi caso por toda esta miríada de motivos han sido unos productos que realmente tienen muchos usos pero ningún papel principal en mi rutina, lo cual no quita me resulten útiles. Un bote de 250ml si lo uso a diario me duraba aproximadamente un mes, mes y alguna semana; y ahora me duran bastante más, no quiero dar la impresión de que los tengo para usarlos dos veces a la semana o alguna frecuencia muy pequeña, los uso con bastante frecuencia sólo que su uso es variable y depende un poco de lo que me apetezca; repongo aproximadamente cada dos-tres meses, depende de la frecuencia de uso. He probado otras opciones de marcas blancas (Deliplús, Carrefour) y creo que es un producto mejor aunque es más caro, cumple con lo que ofrece como reclamos publicitarios, pero quiero probar otras opciones de la competencia. 

Por lo demás quisiera comentar algo que es una opinión personal, como vimos y creo que el hecho de que estemos hablando de un agua micelar lo deja más o menos claro; es un producto de limpieza. Hay mucha gente que las usa de tónico, yo entiendo que quizá si el paso anterior no limpia bien sea adecuado, pero si ya tenemos la piel limpia darle una pasada extra con un producto de limpieza puede llevar a esa sobre-limpieza tan mala para la piel. Como siempre dependerá del marco general y de cómo interactúen nuestros productos, la rutina facial es algo muy modulable, pero creo que importante recordar que es un producto que incluye un surfactante en una posición "dominante" y que cuyo fin es limpiar. 

Conclusión

Quizá esta sea una reseña demasiado "subjetiva" y algo "dubitativa", conozco muchos casos de gente que encuentran que se adapta perfectamente bien a sus necesidades, en mi caso no es así no porque el producto como tal sea malo, pero a la vez no acaba de parecerme tan bueno como o mejor que otras opciones que conozco y uso en los distintos ámbitos en los que se han ido viendo apartados...pero sí son suficientemente buenos y me ofrecen ventajas que hace que en su lugar un tanto marginal sigan estando presentes en mis planes de compra y reposición. Tienen por mi parte un uso quizá algo aleatorio que genera el tono de la reseña en su conjunto. Es un producto del que podría prescindir sin lugar a dudas, pero que si puedo permitirme, compraré; quizá no este producto en concreto, depende de si encuentro algo mejor, pero sí el formato, creo que es muy útil y aporta versatilidad.

 



Precio y puntos de venta: Yo las compro en uno de los puntos de venta oficiales de la marca y me cuestan aproximadamente unos 19€, pero es un poco "timo" la verdad, no sólo mi farmacia habitual y accesible es cara (para todo) sino que sale muchísimo más barata por internet, pero con los gastos de envío al final tampoco me animo nunca a pedir online porque no me sale rentable; pero sí os recomiendo aunque sea comparar precios. La versión pequeña no la he visto nunca a la venta, sólo la he adquirido alguna vez de oferta junto a otros productos como regalo, pero sé que al menos se puede comprar online. Algunas de estas opciones online  las "patrocina" la propia marca, lo podéis consultar aquí.

Otras reviews de interés

Makeupalley - Sebium H2O (4.3/5; 76% lo volvería a comprar, 64 reviews)
Makeupalley - Sensibio H2O (4.4/5; 84% lo volvería a comprar, 395 reviews)

¿Usáis agua micelar, os gusta? ¿Qué marcas habéis probado y cuáles recomendáis -y no recomendáis-?